La influencia de Shakespeare en el cine japonés.

Autores/as

  • Carlos Giménez Soria

Resumen

No resulta del todo correcto hablar de una supuesta influencia general de la dramaturgia de William Shakespeare (1564-1616) sobre la cinematografía japonesa, ya que las tragedias de este escritor inglés tan sólo fueron objeto de especial admiración por parte de uno de los grandes maestros: Akira Kurosawa (1910-1998). Como es sabido, Kurosawa ejerció un gran peso como nexo de unión entre la cultura oriental y la occidental, por cuya literatura sentía una especial debilidad (en particular, por los clásicos de la literatura realista rusa y por la obra del citado autor británico). En su faceta de figura-puente entre ambas culturas, el realizador de Rashomon (1950), primer film japonés en ganar el Oscar de Hollywood, fue muy incomprendido en su país –buena prueba de ello es su mutilada adaptación de “El idiota” (1868), la célebre novela de Fedor Dostoievsky–, del mismo modo que lo fue su devoción por la pintura impresionista y, sobre todo, la obra pictórica del holandés Vincent Van Gogh (1853-1890) –a quien homenajea en Los sueños (Konna yume wo mita, 1990), otorgándole los rasgos físicos del cineasta norteamericano Martin Scorsese.

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Dossier Akira Kurosawa