Stanley Kubrick (1928-1999): en los límites de la inteligencia

Autores/as

  • Samuel R. César

Resumen

Kubrick no confiaba demasiado en las máquinas, aunque las admiraba como resultado de la inteligencia humana; "Hay una estética de la máquina. Las máquinas son bellas". Es conocido que sus viajes, atravesando el Atlántico, los hacía en barco, pues no confiaba en los aviones, aunque tenía el título de piloto de aviación, y que cuando conducía coches (aunque fuera su rutilante Porshe), lo hacía muy despacio. Famosa es la anécdota que ocurrió dos días antes del estreno de La naranja mecánica (A Clockwork Orange, 1971); el laboratorio había rayado el negativo, y Kubrick trasladó el de seguridad hasta otro laboratorio, conduciendo personalmente un Land Rover blindado, siguiendo a poca velocidad al coche que conducía el montador, para servir de pantalla ante la posibilidad de que otro vehículo se abalanzara sobre ellos en el traslado.

Biografía del autor/a

Samuel R. César

SAMUEL R. CESAR es medico-dentista y crítico de cine. Antiguo colaborador de las revistas Film-Ideal y Dirigido, ha publicado el libro El silencio de los corderos/ Winchister 73 (1994) y diversos ensayos especializados. Actualmente prepara una obra de análisis sobre los grandes cineastas mundiales.

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Ensayos