Revista catalana d’història 15 (2022), 104-127

Cuatro vidas en los caminos del exilio socialista. Cuatro modernas de segunda generación en perspectiva biográfica

Elena Pazos Rodríguez

Universidad de Sevilla (España)

elenapazos.us@gmail.com

https://orcid.org/0000-0003-4530-262X

Resumen

El estudio del recorrido de las mujeres españolas, descendientes de los refugiados de 1939, expatriadas en los años cincuenta o que desde la emigración económica se politizaron y se vincularon a las organizaciones socialistas, francesas y mexicanas principalmente, nos sirve para analizar a un grupo de jóvenes militantes de la segunda generación que, a través de la organización de diversas actividades, consiguieron visibilidad en el seno de un partido reticente a la promoción de la mujer. Protagonistas fundamentales en los tiempos difíciles del exilio, cuando la política la hacían los hombres, y en la puesta en marcha del moderno PSOE, a su retorno a España en la década de los setenta.

Palabras clave: mujer, exilio, transición, PSOE, retorno.

Resum

Quatre vides en els camins de l’exili socialista. Quatre modernes de segona generació en perspectiva biogràfica

L’estudi del recorregut de les dones espanyoles, descendents dels refugiats de 1939, expatriades en els anys cinquanta o que des de l’emigració econòmica es van polititzar i es van vincular a les organitzacions socialistes, franceses i mexicanes principalment, ens serveix per analitzar a un grup de joves militants de la segona generació, que van impulsar activitats i van aconseguir no passar inadvertides en un partit reticent a la promoció de la dona. Protagonistes fonamentals en els temps difícils de l’exili, quan la política la feien els homes, i en la posada en marxa del modern PSOE, al retornar a Espanya durant la dècada dels setanta.

Paraules clau: dona, exili, transició, PSOE, retorn.

Abstract

Four lives on the roads of exile. Four modern second generation in biographical perspective

The study of the journey of Spanish women, descendants of the refugees of 1939, expatriates in the 1950s or who, since economic emigration, became politicized and linked to socialist organizations, mainly French and Mexican, helps us to analyze a group of young militants of the second generation, who promoted activities and managed not to go unnoticed in a party reluctant to promote women. Fundamental protagonists in the difficult times of exile, when politics was made by men, and in the implementation of the modern PSOE, on his return to Spain in the 1970s.

Key words: woman, exile, transition, PSOE, return.

§

1.- Introducción. La memoria y el eco de las pioneras republicanas

La mayoría de las mujeres que en el tardofranquismo mostraron una conciencia política y participaron activamente en las filas de oposición al régimen, trabajaron en grupos de encuentro y debate dependientes de partidos políticos1 que permanecían en la clandestinidad o en el exilio, e intentaron sensibilizar a otras mujeres para que comprendieran la situación de marginación legal en la que vivían2 o que evolucionaran hacia un mayor compromiso político. El año 1975 fue declarado por las Naciones Unidas como año internacional de la Mujer y, a menos de un mes de la muerte del dictador Franco, se realizaron las I Jornadas sobre la Liberación de la Mujer, inaugurándose una nueva etapa de transición para el país. Las mujeres estaban discriminadas incluso en sus propios partidos que les imponían un papel subordinado y desde el movimiento feminista se alzaron propuestas para modificar las leyes y conseguir la igualdad legal.3 Las asociaciones de mujeres se multiplicaron y llevaron a la calle la denuncia en mítines y

1 Larumbe, M.A. (2002). Una inmensa minoría. Influencia y feminismo en la Transición. PUZ, 153.

2  Toboso, P. (2018). El movimiento feminista y la política de pactos de la Transición: logros y renuncias». Debats, 132, 47.

3Ibídem., 44.

manifestaciones presionando a los parlamentarios y a los partidos políticos. Sin embargo, parte de ellas dejaron en un segundo plano sus luchas en pro de apoyar los programas de los partidos y sindicatos de izquierda.4 Y un porcentaje considerable de las que accedieron a puestos políticos y/o a cargos dentro de las organizaciones en los primeros años de la democracia procedían de las filas del exilio y del feminismo de los años sesenta y setenta.

Este artículo se sostiene sobre el análisis de fuentes documentales, compuestas por material de los archivos socialistas Fundación Pablo Iglesias (FPI), Fundación Francisco Largo Caballero (FFLC) y Fundación José Barreiro (FJB), y en especial de las fuentes orales, que reúnen una suma de entrevistas realizadas personalmente en diferentes momentos, además de otros testimonios de diferente procedencia como los recabados por diversas investigadoras del Archivo Oral del Sindicalismo Socialista.5 Relatos de viejas compañeras de Juventudes, de militantes políticas en la clandestinidad y en democracia o figuras públicas que han compartido despachos, ideas, militancias y valores, que revelan sus dificultades para integrarse en la estructura patriarcal del PSOE, así como el papel que desempeñaron en la renovación y restructuración del partido. Testimonios con los que intentamos analizar sus experiencias en el contexto socio-político exilio/transición/consolidación democrática. Dicho análisis se fundamenta en el estudio de cuatro militantes, Carmen García Bloise, M.ª Luisa García Lafuente, Henar Corbí Murgí y Ludivina García Arias, que ocuparon responsabilidades a su regreso y que, por sus características personales y políticas, se integran dentro del colectivo de segunda generación, esto es, las nacidas a partir de 1936 en Francia y México, o bien en España y llevadas a estos países de acogida por sus padres,6 que les transmitían la conciencia política, la idea del retorno a una España democrática y la necesidad de demostrar la valía del refugiado. Con un extenso conocimiento de la cultura española, militaron en formaciones socialistas como las Juventudes Socialistas de España, el PSOE y la UGT, y mantuvieron el contacto con otros refugiados socialistas y comunistas, en la convicción de un pronto regreso a su patria. Educadas bajo el sistema de enseñanza mexicano y francés, recibieron una formación de calidad que las preparó para desempeñar cargos significativos en la sociedad de acogida y trabajaron desde el exterior por un futuro democrático en España.

¿De qué forma les influyó el impacto del conflicto de 1936 que se prolongó durante muchos años en España y en el exilio? ¿Qué experiencias les reservó un partido de hombres en el que la mujer no tenía un papel destacado? ¿Qué culturas políticas contemplaron y que compromiso político adquirieron en los años 60 y 70? ¿Qué aportaron al partido, a la recuperación democrática de nuestro país y al feminismo?

4 Larumbe, M.A. Op. Cit., 161.

5 Entrevistas, testimonios orales y opiniones de militantes socialistas de su tiempo y de familiares, como Manuel Simón, Marisa García Bloise, Lali Domínguez, Carlos Atienza, María Teresa Ortiz, Avelino Pérez Fernández, Aída Pérez Flores, Miryam Solimán, Paz Fernández Felgueroso, Rafael Fernández Tomás, Celerino Garrido Nuero, Carmen Romero López. Entrevistas a tres de las protagonistas del artículo, Ludivina García Arias, Mª Luisa Fernández Lafuente y Henar Corbí Murguí, ya que Carmen García Bloise falleció en 1994.

Fuentes hemerográficas: Prensa del PSOE (El Socialista, Mujer, Renovación)

Archivo Oral del Sindicalismo Socialista: entrevistas a José Martínez Cobo, Paulino Barrabés, Antonio García Duarte, Ana María Ruíz-Tagle, Josefina Vidal Morera, Matilde Fernández.

Archivo de la Democracia, Universidad de Alicante: entrevista a Asunción Cruañes, Lidia Falcón, Francisca Sauquillo.

Series documentales: Coloquio La mujer en el antifranquismo. Interior y exilio. Homenaje a la Comisión Socialista Asturiana (CSA). FJB 1990; Retornos del exilio I, V, VI. Canal UNED. 2014; Mesa redonda Cátedra del exilio: El retorno a España de las mujeres exiliadas, UNED, 2014; Conferencia ofrecida por el área de formación de la CEF PSOE, en el que se pasa revista a Carmen García Bloise, 2014.

6  Fernández Asperilla, A. (2011). Mujeres, emigración y compromiso político: la visualización de un fenómeno. Egido, A. y Fernández Asperilla, A. (Eds.): Ciudadanas, Militantes, Feministas. Mujer y compromiso político en el siglo XX. Eneida, 223.

Nuestro objetivo, por tanto, pretende examinar, en el ámbito del exilio femenino, como un relato conjunto, el aprendizaje de estas jóvenes, hijas de expatriados, así como su inserción en la reconstrucción de las organizaciones socialistas cuando regresan. Compañeras de Juventudes, sus vidas han discurrido por cauces comunes, o al menos paralelos a pesar de que una de ellas estuvo exiliada en el país mexicano, tan diferente en condiciones sociales y marco cultural al francés. Las coincidencias nos han llevado a abordar sus semblanzas biográficas, así como su contribución a abrir caminos en espacios predominantemente masculinos en los cuales impulsaron la participación política femenina desde el movimiento de mujeres y dentro de la corriente renovadora del PSOE. Este trabajo las reconoce en su compromiso claro, como impulsoras de los cambios que se irán reflejando en el seno de las organizaciones y que contribuirán a abrir espacios de libertad y a transformar los modelos discriminatorios franquistas de feminidad y masculinidad en nuevos valores de signo feminista.7

La segunda generación de mujeres socialistas ha sido estudiada en ensayos realizados sobre Francia y México por parte de una nueva cohorte de historiadoras e historiadores que hacen referencia al tema en capítulos de obras centrados en el exilio y el retorno, el antifranquismo o los grupos femeninos; en investigaciones académicas, publicaciones en revistas científicas y libros colectivos (Rosa M.ª Capel, Manuela Aroca, Abdón Mateos, Elena Díaz Silva).8 De igual modo, los estudios realizados por Pilar Domínguez sobre México y Bárbara Ortuño sobre Argentina, amplían la perspectiva de género en la historiografía, 9 menos densa en cuanto a análisis sobre la labor de las militantes socialistas en democracia (aportaciones recientes de Rosario Ruíz Franco y Giulia Quaggio) 10 o de partidos conservadores (Nuria Félez)11 y más profusa la referida al papel de las mujeres comunistas (Mónica Moreno, Mercedes Yusta, Francisco Arriero, Claudia Cabrero,…)12 y las socialistas de la primera mitad del siglo XX (Marta del Moral, Ana Aguado).13 La producción del ideario feminista es amplia, podemos citar algunos

7 Nash, M. (2014). Nuevas mujeres de la Transición. Arquetipos y feminismo. Nash, M. (Ed.), Feminidades y masculinidades. Arquetipos y prácticas de género, Alianza, 193.

8 Aroca Mohedano, M. (2008). Mujeres en las organizaciones socialistas durante la dictadura. Antecedentes en la Segunda República. Fernández Asperilla, A. (Coord.): Mujeres bajo el franquismo: compromiso antifranquista, Amesde Capel Martínez, R.M (2007). Socialismo e igualdad de género. Un camino común. Pablo Iglesias; Díaz Silva, E. (2016). Exiliadas y emigrantes: la labor del Secretariado Femenino del PSOE en el exilio (1964-1970). Revista Migraciones y exilios, cuadernos de AEMIC, (16), 129-146; Varios trabajos de Mateos López, A. (2017). Mujeres socialistas en España durante el siglo XX. De los grupos femeninos socialistas a la Federación de Mujeres Progresistas. El Socialista, (17/06/2017); - Retornos del exilio IV: La segunda generación del exilio socialista; El regreso de las exiliadas. (2014). Canal UNED;

9 Domínguez Prats, P. (2009). De ciudadanas a exiliadas. Un estudio sobre las republicanas españolas en México. Cinca; Ortuño Bartínez B,. (2015): Jóvenes “expatriadas”. Un acercamiento al compromiso político de la segunda generación del exilio republicano en Argentina durante los años sesenta y setenta. Revista Ayer (100), 123-147.

10 Ruíz Franco, R (2015): Mujeres y sindicalismo: la actuación de Matilde Fernández en la UGT, en Bracifonte, L. y Orsi, R. (Eds.). La guillotina al poder. Género y acción sociopolítica. Plaza y Janés, 93-104; Quaggio, G. (2017): «La cuestión femenina en el PSOE de la transición: de la marginación a las cuotas». Arenal, Revista de historia de mujeres (24), 219-253.

11 Félez Castañé, N. (2015): Del hogar a la arena política. Las mujeres de AP y UCD», en Mañas Viejo C., M., Esquembre Cerdá, M., Moreno Seco, M., Montesinos Sánchez, N. (Eds.): I Coloquio Internacional Haciendo Historia: Género y Transición política «Transiciones en marcha». Universidad de Alicante, 29-40.

12  Moreno Seco M. (2013): Compromiso político y feminismo en el universo comunista de la transición. Cuestiones de género: de la igualdad y la diferencia. En Aguado Cabezas, Elena y Blanco García, Ana Isabel (Coord.), Género y Transición española: un proyecto de investigación que incorpora las TIC (8), Universidad de León, 43-60. Véase también (2016) «Sexo, Marx y Nova Canço. Género, política y vida privada en la juventud comunista de los años setenta»: Historia Contemporánea, (54), 47-84; Yusta Rodrigo, M. (2013): «Género y antifascismo en España. De la IIª República a la Guerra Fría (1931-1950)». Anuario IEHS (28), 227-247; Arriero Ranz, F. (2016). El movimiento democrático de mujeres. De la lucha contra Franco al feminismo. Catarata; Cabrero Blanco, C. (2017): El movimiento democrático de Mujeres y las comunistas: de la resistencia antifranquista a la movilización feminista. Nuestra Historia (3), 73-102.

13 Del Moral Vargas, M. (2018): «Ciudadano Zetkin: Comunidades transnacionales del movimiento de mujeres socialistas (España y Alemania, 1904-1923)». Historia Social (90), 67-84. Véase también (2016) «Hacia la modernidad política: socialistas y

trabajos que relacionan el feminismo y la izquierda durante el tardofranquismo y la Transición (M.ª Ángeles Larumbe, Mary Nash, Pilar Toboso…).14

En la primera etapa de la guerra civil, las mujeres, que habían llegado a las trincheras como milicianas15 y, durante toda la contienda, habían intensificado sus actividades en el ejército, las fábricas, las escuelas o los transportes, así como en el gobierno de la República, tuvieron que dejar su país tras la derrota republicana, huyendo de las tropas franquistas, sobre todo en el caso de las militantes socialistas y/ugetistas a las que, años más tarde, se les unieron las emigrantes económicas. En el mismo 1939, el gobierno francés promovió su regreso y el de sus hijos a la España franquista, ocasionando que miles retornaran y, en muchos casos, los hombres continuaron en el exterior originándose una separación familiar. Otras exiliadas permanecieron en Francia donde se reorganizó la dirección del PSOE y, en los años sesenta, promovieron la creación de asociaciones de índole feminista en el exilio y en el interior, influyendo sobre la sociedad española durante el franquismo16. Las que se quedaron en España sufrieron agravios, falta de trabajo y hostigamiento por parte de la policía que llevaba controles rutinarios en sus domicilios; miles fueron encarceladas como las maestras depuradas Justa Freire y Julia Vigre, o la sindicalista Claudina García,17 y otras ejecutadas en los descampados o fusiladas tras un consejo de guerra.

Contemplamos necesario rendir tributo a las socialistas de primera generación que, como bien apunta en su análisis Trinidad Barbero, nunca tuvieron en el PSOE un puesto de relieve similar al de Dolores Ibárruri en el PCE o de Federica Montseny en el anarcosindicalismo, como puso de manifiesto la moderna y revolucionaria Nelken.18 Pioneras feministas como María Cambrils criticaron su situación social y la discriminación que sufrían en las organizaciones políticas; asimismo, lideraron a otras mujeres y se integraron en asociaciones femeninas como la Asociación de Mujeres Antifascistas (AMA) o en sindicatos como la UGT. Pongamos el caso de las diputadas Julia Álvarez Serrano o Veneranda García Manzano, las escritoras María Lejárraga e Isabel Oyarzabal; el ocaso político de Matilde de la Torre, responsable del Secretariado Femenino durante la guerra o Victoria Kent, escondida en París hasta el final de la II Guerra Mundial con otra identidad y que nunca volvería a practicar la abogacía;19 el asilo político de Margarita Nelken en la embajada mexicana de París hasta que emigró a México.20 Sin olvidar a las numerosas maestras, entre ellas, Palmira Pla y las muchas militantes del partido y del sindicato o de organizaciones femeninas, como las jóvenes Selina Asenjo y la que fuera secretaria

republicanas en Bilbao (1904-1910)», Cuadernos de Historia Contemporánea (38-2), 209-225; Aguado Higón, A. (2011). «Politización femenina y pensamiento igualitario en la cultura socialista durante la Segunda República», en A. Aguado y T.M. Ortega (Eds.): Feminismos y antifeminismos. Culturas políticas e identidades de género en la España del siglo XX. PUV, 145-172.

14  Ibidem.

15  «Las mujeres se unieron a la lucha armada como milicianas hasta que, en 1937 Largo Caballero, ministro de la Guerra y dirigente histórico de la UGT, da fin a la participación activa de las mujeres en el frente y manda que vuelvan a la retaguardia»: Morcillo Gómez, A. (2012). Españolas: femenino/nismo plural (1900-1940), en María Rubio, A. y Tejeda, I. (Dirs.): 100 años de femenino. Una historia de las mujeres en España, 69.

16 Aroca, M. Op. Cit., 24.

17 Para ampliar el campo de estudio sobre la memoria histórica de las mujeres socialistas, véase: Mateos, M.A.(2007). Salud Compañeras. Mujeres Socialistas en Asturias (1900-1937). Trabe.

18  Barrero, T. (2014). Margarita Nelken, compromiso político, social y estético [Tesis doctoral, Universidad de Barcelona], 259. http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/65928/1/TBR_TESIS.pdf

19 De la Guardia, C. (2015). Victoria Kent y Louis Crane en Nueva York. Un exilio compartido. Sílex, 87, 90.

20 Preston, P. (2001). Palomas de guerra. PRHGE, 327.

regional de las Mujeres Antifascistas, la asturiana Pura Tomás, que conectará con las jóvenes socialistas de segunda generación en la década de los sesenta.21

En el exilio, los grupos socialistas proyectaron una forma distinta de actividad política antifranquista, pasando la asistencia social a competencia exclusiva femenina.22 La Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE) de Indalecio Prieto fue una de las organizaciones que aplicaron estos principios y en ella la mayoría de las militantes se encontraban en posiciones secundarias, viéndose sujetas a asumir el discurso de la domesticidad, no siéndoles fácil abrirse camino sobre todo en los primeros años del exilio, así lo recuerda la que fue Inspectora general de Prisiones, Matilde Cantos, tras la negativa de apoyo por parte de la JARE para proseguir la labor desempeñada en España.23 Las refugiadas, como la intelectual Matilde Huici, colaboraron con el Comité de Ayuda a los Refugiados y trataron de continuar la labor de solidaridad antifascista. En su mayoría, tuvieron un decisivo papel en la gestión de ayuda a los exiliados, ocupándose principalmente de los colegios y de la asistencia a los niños de la guerra o desempeñando puestos destacados en organismos de ayuda a los presos de las cárceles franquistas y a sus familiares.24 El feminismo que tomó cuerpo en el primer bienio republicano será muy significativo en el exilio. En México habrá una presencia minoritaria, aunque cualitativamente importante, de algunas protagonistas del movimiento por los derechos de las mujeres. Lejos del ambiente retrógrado que se vivía en España, estas mujeres de prestigio político e intelectual y otras menos conocidas, mujeres fuertes e independientes, defensoras de los derechos femeninos, educaron a sus hijas/os en la nostalgia y el conocimiento de lo español. En un ambiente de mayor libertad les transmitieron el ideal republicano, así como los métodos innovadores de enseñanza, y se convirtieron en inspiradoras de las siguientes generaciones de feministas.

2.- La segunda generación y la renovación del socialismo: Juventudes y movimiento de mujeres

Carmen, Luisa, Henar y Ludivina, formaron parte de un colectivo clave en la resistencia antifranquista y en las incipientes luchas por las libertades en igualdad con sus compañeros. Tres de ellas estudiaron una carrera universitaria en los tiempos que en España se necesitaba el permiso del marido para casi todo. Las cuatro se casaron con jóvenes militantes, hijos de exiliados, que conocieron en las organizaciones socialistas y las cuatro aceptaron el reto de la tarea política contribuyendo a la consolidación del socialismo. Comprometidas con los movimientos sociales, traspasada la frontera de los cincuenta años, siguieron desplegando ya en democracia una notable actividad ligada a los descendientes del exilio español y a los problemas de las migraciones. 25

21 Testimonio de Pura Tomás Vega. Oviedo 5 agosto 1987. Archivo FJB, p.10. Pura Tomás llegó al puerto mexicano de Veracruz en agosto de 1939 y retomó la actividad política en un partido donde la militancia femenina resultaba difícil.

22  P. Domínguez Prat, P.: «De ciudadanas…». Op. Cit., 224.

23  «Mujeres cualificadas que afrontaron solas el exilio como la contestaría y rompedora Matilde Cantos. La JARE no atendió su solicitud de un préstamo para una máquina de escribir a fin de poder realizar sus trabajos literarios y traducciones, base de sus ingresos»: Rodríguez, A. (1999/2003). Mujer y exilio. Flor del Viento, 253., Domínguez Prat, P.: «De ciudadanas…». Op. Cit., 152

24 Mateos, A. (2015). Exilios y retornos. Eneida, 78.

25  Asociación de Descendientes del Exilio Español, constituida en 2002 en Madrid. Fundación Ramón Rubial Españoles en el Mundo, creada en 1989.

Carmen García Bloise nació en Madrid en 1937. Su padre, encuadernador y militante de la UGT, estuvo en el frente de Madrid y después en los campos de concentración franceses y alemanes de donde se fugó, recalando finalmente en París. La policía y la guardia civil registraban periódicamente la casa familiar del barrio de Lavapiés en su busca hasta que, en 1948, logró que Carmen y su madre pudieran viajar a Francia. Afincada la familia en París, Carmen ingresó en una escuela pública para luego cursar estudios de Perito Mercantil. y en 1952, con quince años, comenzó a militar en las Juventudes Socialistas. Cinco años más tarde se afilió a la UGT y al PSOE, y comenzó a trabajar en la factoría Renault, donde llegaría a desempeñar el puesto de jefa de contabilidad y representante del sindicato francés CGT/Force Ouvriere. Retornó a España en octubre de 1975, ocupando cargos de responsabilidad en el PSOE hasta su fallecimiento, en 1994. Ramón Rubial la recordaba así:

Conocí a Carmen en París cuando era casi una niña. Ya entonces formaba parte del núcleo dirigente de las Juventudes Socialistas en el exilio. Desde aquellas fechas, dedicó toda su vida a defender los valores propios del socialismo: libertad, justicia y solidaridad.26

María Luisa Fernández nació en Barcelona en 1939, de padres socialistas asturianos que huyeron a pie a Francia cuando cayó esta ciudad. Su padre, sargento de carabineros, estuvo en dos campos de concentración y en un batallón de trabajadores, mientras que su madre y ella fueron enviadas al centro-oeste francés. En 1943, en plena Guerra Mundial la familia pudo reencontrarse en un pueblo cerca de los Alpes, en el que permanecieron hasta que se trasladaron, en 1949, a una región más industrial del centro-este de Francia. Tras la separación de sus padres, madre e hija regresaron a España, pero María Luisa, que entonces contaba 15 años, no se adaptó a «una sociedad donde imperaba el miedo a hablar y a actuar, y en el que existía una doble moral», así que regresaron a Francia tres años más tarde. Afiliada a las Juventudes Socialistas y a la UGT a comienzos de los años sesenta. Volvió a España en 1979, incorporándose a la Secretaría de Organización del PSOE hasta 1988 que fue relegada. La exposición «11 vidas en 11 maletas» que celebró el Consejo General de la Abogacía Española en Madrid, visibilizaba la crisis de los refugiados e invitaba a reflexionar acerca de la realidad de millones de personas obligadas a hacer la maleta y a iniciar un viaje sin destino, abandonando todo. Cada maleta era la historia de una persona o de una familia de refugiados; la número 11, precisamente, era la maleta de la española M.ª Luisa Fernández «Libertad».27

Perdido el frente de Cataluña, entramos a pie en Francia por Puigcerdà el 7 de febrero de 1939, yo en los brazos o la espalda de mi madre, en una marea humana compuesta por niños, mujeres, ancianos, mutilados, combatientes derrotados y bajo la amenaza constate de los aviones que bombardeaban las carreteras. La separación fue inmediata, mi padre al campo de concentración de Argelês que no era más que una playa cerrada por alambradas en la que cada hombre no disponía más que de una manta para dormir en los huecos hechos en la arena y vigilados por los senegaleses. Mi madre y yo en un tren. Nuestro viaje duró casi un mes hasta

26  Ramón Rubial, presidente del PSOE entre 1979 y 1999. Homenaje a Carmen García, 2 noviembre 1994. El País, 14 julio 1994. «La dirigente socialista Carmen García Bloise muere a los 57 años en Madrid, tras dos trasplantes de hígado». Cuando falleció en 1994, el presidente del Gobierno Felipe González subrayó la “pérdida muy sensible que supone la muerte de una magnífica mujer y muy solidaria, con grandes convicciones”.

27https://www.abogacia.es/site/exposicion_derechos_refugiados/libertad-espana-por-que-estamos-repitiendo-la-historia/

llegar a un antiguo cuartel rodeado de alambradas y vigilado por los «gendarmes». Magnac-Lavac era un pueblo cercano a Limoges, ya en el centro-oeste francés. 28

Henar Corbí nacida en Francia en 1943, escogió la asignatura de español en el colegio parisino y recuerda que su padre, valenciano y artista de Bellas Artes que trabajó para la resistencia francesa contra los nazis, les daba, a su hermano y a ella, una paga para que emplearan la lengua española en un ambiente en el que se hablaba a menudo del regreso a una España idealizada.29 Hija de padres refugiados socialistas, que pasaron la frontera unos meses antes de acabar la guerra, entró en las Juventudes Socialistas con 14 años, siendo miembro de su comité desde 1962 a 1964. Estudiante brillante, cursó dos carreras universitarias, Sociología y Filosofía y Letras, en la Sorbona, donde fue profesora, lo que le permitió nacionalizarse francesa y retornar a España en 1970, ingresando en el PSOE en 1976. Henar, activista del movimiento de la liberación de la mujer, dejó a un lado el feminismo en favor de la lucha antifranquista. Reconoce que no tenía, en general, ese sentimiento de discriminación, sea porque era universitaria, o bien porque no había una vivencia directa del machismo con los compañeros de la Secretaría Confederal, como Joaquín Leguina o Manuel Chaves, con los que mantuvo una relación igualitaria.

Mis padres y los de Carmen García Bloise eran muy amigos, pero siempre discutían porque mi padre era de la línea de Prieto y su padre, de Largo Caballero. (…) Carmen era más mayor, yo entré en las Juventudes con 14 años, estuve en la Comisión Ejecutiva de Juventudes de París cuando ella era la secretaria general. Yo era vocal y allí estaba otro compañero, Carlos Atienza, que ha escrito un libro en el que aparecemos nosotros. Hemos compartido esa ejecutiva de Juventudes Socialistas, en la que un día decidimos que teníamos que volver. Carlos y yo tiramos para adelante y nos fuimos a España y Carmen fue después. Me vine cuando cumplí 21 años, antes de morir Franco, porque con menos edad no se podía. El grupo de Juventudes al que volvimos fue con la idea de participar en la transición. El resto de la Ejecutiva se quedó en Francia porque todavía no era el momento. (…) En Burdeos fuimos a un congreso de Juventudes y ahí es donde encontré a mi marido que era topógrafo y había estado en la cárcel de Carabanchel, él no había militado en ningún partido, pero lanzaba panfletos, y de ahí nos vinimos. Es cuando Carmen me pidió que pasara las grabaciones del congreso al interior. Yo estaba en León, pero vinculada al PSOE de Madrid.30

Ludivina García Arias, hija de exiliados asturianos, nació en México en 1945. A su padre, que era maestro y había militado en las Juventudes Socialistas y en la Asociación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT, la guerra civil le sorprendió en Madrid; combatiente en la Batalla del Ebro, en febrero de 1939 salió hacia México conociendo, en el comedor de refugiados, a la que sería su mujer, que había sido evacuada al caer Asturias. Cursó Historia en la Universidad Autónoma de México y en 1969 comenzó a trabajar como profesora en la Escuela de Secundaria de la Ciudad de México, fundada en parte por niños de Morelia, en la que, según sus palabras, se cultivaba el cariño hacia España y también hacia México, con la presencia de una «cultura

28 Entrevista a Mª Luisa García Lafuente, Madrid 2014.

29 Primeras Jornadas Memoria, Historia y Patrimonio del Ayuntamiento de Casinos. (Octubre 2021). Homenaje a Gilberto Corbí Murgui. Testimonio de su hija Henar.

30  Entrevista a Henar Corbí. Madrid, octubre 2016.

de la masculinidad que se resistía al activismo político femenino»,31 criándose en una educación contradictoria y que tuvo que superar. Afiliada a los clandestinos PSOE y UGT en 1970, tras su regreso a España, desempeñó distintos cargos institucionales, su labor fue reconocida con el «Premio Emilio Barbón» «a su importante e intensa labor política y su contribución a la dignificación de la vida de los exiliados españoles», y el «Premio Purificación Tomás» por su contribución a la igualdad de las mujeres, además de su solidaridad.

Mi padre mantuvo siempre la relación con otros refugiados asturianos de amistad, porque eran amistades que se habían creado en México. Había comunistas como Wenceslao Roces, que daba clase de Historia de Grecia y Roma en la Universidad y yo fui alumna de él, o el filósofo Leopoldo Cea… José Gaos, Veneranda García Manzano, que había sido diputada del PSOE, pero ya después en México se había afiliado al Partido Comunista. Y también con socialistas como Ángel Ávila, había un entorno asturiano que era también del partido socialista, pero mi padre nunca hizo ningún movimiento para que nos afiliáramos, estaba un poco quemado de su militancia comunista, de hecho, cuando fui elegida representante de los alumnos… mi padre estuvo, muy al contrario. Había yo creo un elemento un poco machista, porque lo que no podía entender era que las mujeres participaran en política, era un mundo a caballo porque eran partidarios de la coeducación, de la educación universitaria para salir adelante, pero había algunos pasos o algunos elementos que todavía no asumían.32

La dirección política del partido socialista se ejerció a propuesta del interior desde Toulouse, en donde se encontraba la agrupación de exiliados más numerosa. Partido y sindicato recorrieron trayectos parecidos, destierro de su ejecutiva y desaparición casi completa de sus organizaciones.33 En los años 50, a la Federación de Juventudes Socialistas se fue incorporando la segunda generación que, junto con algunos veteranos como Barreiro, Duarte, Jimeno y Barrabés, poseían un enfoque político distinto al de los refugiados de 1939 en relación a la necesidad de un cambio de estrategias, opuestas a los viejos esquemas políticos de moderación de la actividad en el interior y de rigidez con respecto a la colaboración con el PCE.34 A comienzos de los años 60, cuando la dictadura se vio obligada a sentar las bases de la modernización económica y comenzaba el movimiento estudiantil en las universidades, los hijos de los exilados se fueron integrando en la dirección de las Juventudes, accediendo a la Secretaría General Carlos Martínez Cobo y más tarde Manuel Garnacho. Su primer paso fue lograr que la segunda generación en el interior universitarios de la Agrupación Socialista Universitaria (ASU), se integrara en las Juventudes Socialistas Españolas (JSE), para después, plantearse la necesidad de pasar a España la dirección del partido y del sindicato. La pugna se inició en el Pleno de 1963, prolongándose hasta el Congreso ugetista de 1971 en el que ganaron democráticamente. A partir de ese momento la Ejecutiva pasó mayoritariamente al interior y las Juventudes, a pesar de las detenciones, fueron creciendo en núcleos tradicionales como Asturias, Vizcaya, Cataluña

31 Fernández Asperilla, A. (2011). Mujeres, emigración y compromiso político: la visualización de un fenómeno. En Egido, A., Fernández Asperilla, A. (Eds.) (2011): Ciudadanas militantes feministas. Mujer y compromiso político en el siglo XX. Eneida, 214.

32  Fundación Francisco Largo Caballero (FFLC), Entrevista a Ludivina García Arias, Fondo Archivo oral del sindicalismo socialista (sig.003650-001), Madrid, 22-24 marzo de 2007.

33 Menéndez Lago, M. (2000). La estrategia organizativa del PSOE (1975-1996). CIS, 239.

34  Fernández Pérez, A. (Ed.) (1994). El Socialismo asturiano en el exilio. FJB, 24.

o Madrid y extendiéndose por nuevas zonas como Andalucía o Castilla.35 Entre sus integrantes, pertenecientes al llamado «Clan del Cassoulet», se encontraban M.ª Luisa Fernández y Carmen García Bloise junto con otros compañeros, como su marido Rafael Robledo, Manuel Simón, José Castro, los hermanos Martínez Cobo, Manuel Garnacho, Avelino Pérez, Miguel Ángel Martínez o Eduardo López Albizu.

La agrupación de París contaba con un buen número de militantes que desplegaron una intensa actividad de propaganda y de formación. Carmen dirigía las Juventudes, a las que dedicaba todo su tiempo libre. Los sábados distribuía las tareas en los locales que el sindicato homólogo les había cedido, al tiempo que vendían El Socialista con cabecera francesa en las calles del barrio XVI donde residían las españolas trabajadoras del servicio doméstico.36 Al mismo tiempo editaban un boletín mensual llamado Porvenir en el que Carmen redactaba los artículos y pedía colaboraciones, su marido Rafael Robledo se encargaba de las tareas de imprenta. Las JSE crearon un club de fútbol y una asociación que les permitía realizar actividades culturales, musicales y viajeras con los jóvenes emigrantes que llegaban a Francia, favoreciendo su integración. El apoyo burocrático y sindical se complementó con tareas de información de temas políticos y propaganda ideológica.

Dichas actividades se vieron estimuladas por la llegada a Europa occidental, a Francia en particular, de refugiadas políticas que huían de la represión franquista y de emigradas económicas. Aunque recelosas a la hora de afiliarse a un partido o sindicato ya que el Instituto Español de Emigración (IEE), el consulado y la iglesia católica insistían en el rechazo a que se mezclasen con los refugiados y exaltaban la sumisión femenina, 37 experimentaron un proceso de politización y se convirtieron en militantes antifranquistas al contactar con mujeres de organizaciones políticas clandestinas, socialistas, comunistas y anarquistas.38 La militancia más joven de las Juventudes de los primeros años sesenta (Henar Corbí, María Teresa Ortiz, Angelita y Francis Arcos, Lydia Jimeno, Carlos Atienza, Fernando Gutiérrez…) contactaban con los emigrantes que llegaban a trabajar a la capital francesa, volcándose en una labor de integración, información y apoyo (idioma, expedición de documentos, conflictos laborales…), de legalizar su situación y también de sensibilizar política y sindicalmente,39 en un periodo en que el sector servicios, básicamente personal doméstico, en Francia daba trabajo al 31,5% de los emigrantes y algo más de la mitad eran trabajadoras españolas (en París alcanzaba el 79%).40 Además reunían fondos para enviar al interior de España a los compañeros que estaban en las cárceles, desarrollaban labores de propaganda y preparaban los congresos o escribían artículos en el periódico Renovación.

En aquel ambiente, María Luisa y Carmen, se encontraron por primera vez en Toulouse en el IV Pleno Nacional de las Juventudes de 1961. Tres años más tarde conocieron a Pura Tomás,

35 González Quintana, A, Martín Nájera, A. y Gómez Bravo, G. (2006). 100 años de Juventudes Socialistas, protagonistas del cambio 1906-2006, Fundación Tomás Meabe, 104.

36 Las páginas del Le Socialiste, 9 de agosto 1962, publicaron que «un Grupo Femenino de las Juventudes en París muy activo repartía propaganda entre las mujeres españolas y proyectaba actos para atraer a las jóvenes a las filas socialistas». Igualmente, en testimonio de Henar Corbí, 2016.

37 Babiano, J. y Fernández Asperilla, A. (2009). La patria en la maleta. Historia social de la emigración española a Europa. Ediciones GPS.

38 Fernández Asperilla, A. Op.cit., 201.

39 Testimonio de Carlos Atienza, noviembre 2016: Casado con María Teresa Ortiz. Regresaron a España a petición de Nicolás Redondo.

40 Lomas, B.: “La UGT en el exilio. El reto de la emigración económica: El caso de Francia y Bélgica (1956-1976). A. Alted (Dir.) (2010). UGT y el reto de la emigración económica, 1957-1976. FFLC, 83.

que acudió en representación de México y Mulhouse en el IX congreso del partido.41 Purificación había nacido en 1918, hija del dirigente minero, secretario general de la UGT, Belarmino Tomás, fue secretaria de la ejecutiva femenina del Comité Provincial de Asturias durante la guerra. Siempre preocupada por la promoción de la mujer en el PSOE-UGT, fundó en México el Grupo Femenino Solidaridad que, en sus palabras, «era a todo lo más que nos permitieron llegar; en México tenían muchísimo recelo a las mujeres y, entonces, se nos permitió, dependiendo siempre del partido, constituir el grupo, prácticamente con fines solidarios».42

Para Ludivina aquellos primeros años 60 fueron determinantes ya que se daría de frente con la realidad del franquismo. A pesar de que no sería fácil vivir en otro lugar y «deshacer la casa» (habían montado una fábrica de hilados y tejidos que en diez años obtuvo un gran desarrollo debido a la guerra mundial), sus padres pensaban en el retorno. En 1962, el año de las huelgas mineras y de las detenciones en Asturias, su padre, después de valorar la situación política y laboral en España, tomó la decisión de regresar. Mandaron como avanzadilla a Ludivina y a su hermana, que llegaron incluso a matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras en la Complutense. No obstante, seis meses después, tras la condena a muerte de Julián Grimau, regresaron a México con el propósito de volver llegado el momento.

En la sección mexicana la mayoría de la militancia se mantenía aferrada al pasado y distante de lo que acontecía en España. A finales de 1967, el grupo de Pura, en el que estaban jóvenes como Aída Pérez Flores, Doris Borderas y otras mujeres, esposas y familiares de militantes, la mayoría de origen asturiano, se reforzó con la llegada desde Francia de María Teresa Ortiz, Concha Atienza y la propia María Luisa Fernández que pasó a ocupar la Secretaría de Organización entre 1973 y 1979, además de ser miembro del Comité Nacional de la UGT en México. En esos años centrales de los sesenta María Luisa desarrolló funciones relevantes dentro del partido. Asistió en Viena al Congreso Internacional Juvenil Socialista y se incorporó a la Comisión Socialista Asturiana (CSA). Como vocal, cruzó varias veces la frontera hacia España con misiones encargadas por la Comisión Ejecutiva del PSOE, como por ejemplo en 1976, cuando participó en el Congreso de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas (IUSY) en Portugalete. Aparte de hacer labores de enlace manteniendo discretamente la difícil comunicación con el interior, gestionó el Campo Escuela de Verano en Carmaux. Estos campos escuela, dirigidos por las JSE y financiados por la Confederación Europea de Sindicatos, fueron fundamentales para asentar las estructuras de las organizaciones y para relacionarse los jóvenes del exilio, del interior y las diferentes generaciones, al tiempo que recibían cursos de formación política y sindical.43

En 1967 me toca dirigir el campo-escuela de verano en Carmaux. Han venido bastantes compañeros del interior con pasaporte falso o pasando la frontera por puntos con guías y sin documentación. Finalizado el congreso, me preocupa que las mujeres en particular las que vienen de España no intervengan en los debates, propongo que nos reunamos todas para hablar sin ningún tema especial después de la cena. El resultado fue mejor de lo que esperaba y resultó ser una experiencia muy positiva. 44

41 Celebrado del 13 al 16 de agosto. María Luisa Fernández representó en 1965 a la Sección de la UGT de Frankfurt en el IX Congreso de la UGT en el exilio.

42 Archivo Fundación José Barrerio (AFJB), Tomás Vega, Pura, Entrevista, Oviedo, 5 de agosto de 1987, p.11.

43 Archivo Fundación Pablo Iglesias (AFPI), Legajo 1017-16. Fondos Carmen García Bloise. Declaración de las jóvenes socialistas del campo-escuela de verano, Carmaux, agosto de 1966.

44  Entrevista personal a María Luisa Fernández, enero 2016.

La Agrupación Socialista de México, la más potente, un tanto inmovilista y tradicional, reunía a unos mil refugiados. En México no se admitía una doble identidad que era lo que sentían los hijos de exiliados. Ludivina recuerda que la convivencia con la población mexicana resultaba ambigua, ya que España había sido la metrópoli, de forma que se hallaba extendida una imagen negativa de los españoles como miembros de una aristocracia dominante, españoles gachupines. A este respecto, Pura Tomás era bastante clara, «Con los asturianos que ya residían en México no mantuvimos apenas contactos. En Ciudad de México había una importante emigración económica que, por razones distintas nunca nos compenetramos, diferente preparación y mentalidad… Eran más conservadores y su ideal era el dinero».45 Así lo expresa Ludivina:

Es cierto que México se portó muy bien y acogió a los refugiados, pero había un sentimiento nacionalista mexicano muy fuerte y una visión negativa del español. La idea aquella de la conquista… entonces con aquello había que vivir, y cuando estábamos en el colegio español ceceábamos, los profesores hablaban como españoles, con la «c», pronunciaban con acento español y ese código de lengua nos lo transmitían, y también en nuestras casas; pero en el momento que cruzábamos el umbral de la puerta para ir a tomar el autobús de vuelta a casa, empezábamos a sesear, hablábamos con otro código para parecer pero, en realidad, íbamos creciendo y nos íbamos haciendo también mexicanas.46

A mediados de los sesenta, un puñado de voluntarios de las Juventudes se desplazó a vivir y a trabajar a Alemania y Holanda con el propósito de ayudar y captar a trabajadores españoles para la UGT, y de contactar con la sección sindical homónima de esos países. Se mezclaban con los emigrantes y vivían como ellos, con su salario y en los mismos alojamientos.47 María Luisa se estableció en un pueblo alemán cercano a Braunschweig. Conciliaba su trabajo en una conservera de hortalizas, en el que estaban contratadas 50 españolas, con las labores de proselitismo político y sindical. De ahí pasó a trabajar a Frankfurt, en una fábrica de piezas electrónicas y en tareas administrativas para el Partido Socialdemócrata Alemán, regresando a Francia en 1966 a fin de formar parte de la Comisión Ejecutiva de la Federación de JJ.SS:

La campaña duró siete meses y las trabajadoras, con edades comprendidas entre 16 y 62 años, provenían de la región murciana y algunas eran analfabetas. Al segundo mes denuncié ante el sindicato la falta de horario laboral fijo y la ausencia de pagas extraordinarias, así como la necesidad de agua caliente en la residencia instalada en los terrenos de la fábrica. 48

Obviamente, estas tareas contribuyeron a mejorar las condiciones de trabajo de las emigrantes y a elevar el nivel político y sindical de las propias jóvenes militantes, así como al aumento del número de afiliaciones procedentes de la emigración económica.49

45 Pazos, E. (2021). El activismo de la asturiana Pura Tomás Vega en clave feminista, raíz y símbolo del PSOE». En Egido, A., Lemus, E. (Dirs.) Mujeres en el Exilio Republicano de 1939. Homenaje a Josefina Cuesta. Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, 373-384.

46 FFLC. Entrevista a Ludivina García Arias. Fondo Archivo oral del sindicalismo socialista (sig.003650-001), Madrid, 22-24 marzo de 2007.

47 Martínez Cobo, J. (2009). Recuerdos fraternales. España desde el exilio. Pablo Iglesias.

48 Testimonio personal de María Luisa Fernández. Madrid, enero de 2016.

49 AFPI. legajo 115-1. Recuperar afiliados y atraer otros nuevos. Archivo del exilio. Memoria de la CE-XII Congreso PSOE 1972.

En el IX Congreso del PSOE de 1964 en Toulouse, la delegada por México Pura Tomás pronunció un discurso para defender la recuperación del Secretariado creado en los años treinta con la misión de que las mujeres tuvieran un lugar activo en el PSOE. La iniciativa contó con el apoyo de todos los delegados porque, como subrayó Pura «estaban muchos compañeros apoyando la apertura a la mujer dentro del partido».50 El secretariado comenzó sus actividades en las oficinas del partido en Paris bajo la dirección de Carmen García Bloise (con voz, pero sin voto, que sería reconocido en el Congreso de 1967), que formó un equipo con Henar Corbí, María Teresa Ortiz y Dolores Vergé hasta que en 196551 «quedaron asentadas las metas y funciones, que acelerarían la incorporación de las mujeres a la vida activa de la Organización».52 En marzo del año siguiente, una circular dirigida a las Secciones del PSOE y a las asociaciones femeninas, firmada por Carmen García, Pascual Tomás y Rodolfo Llopis pedía a todos los comités de las secciones del partido que prestasen el máximo apoyo a los grupos femeninos y «se esforzasen en crearlos allí donde no existieran».53 En el Congreso de 1967, la intervención de María Teresa Ortiz como representante del Secretariado ponía de manifiesto su satisfacción por la presencia de varias mujeres delegadas y hacía un llamamiento a todos los compañeros del partido para que se reconocieran los méritos de las mujeres en el seno de la Organización como un derecho.54 María Luisa lo explicaba así:

El Secretariado se empleó en cubrir actos de tipo sindical y político, porque era ayudar a que se formaran, a que ellas mismas se sintieran con fuerza con los conocimientos, en lugar de ser las que ayudaban a los maridos, hermanos o padres, que ellas tuvieran su propia personalidad, para eso había que darles formación. 55

Con escaso respaldo de los militantes y la apatía de diversas compatriotas,56 derivada esta de la resistencia masculina hacia la participación visible de la mujer y de la no siempre fácil combinación trabajo doméstico y/o remunerado y actividad militante,57 el Secretariado realizó el trabajo de censar e indagar cuáles eran los obstáculos a los que se enfrentaban las mujeres, extendió la estructura de la Asociación por el exilio, creó alguna sección clandestina en España (Madrid y Vizcaya) y acudió a las reuniones periódicas de la Internacional de Mujeres Socialistas.58 Los tres grupos principales, París, Toulouse y México, contaban con un órgano de prensa donde publicaban actividades, artículos o hacían declaraciones.59 En Le Socialiste de 16 julio de 1970 y a falta de un mes de su desaparición, el Secretariado celebró la constitución de dos nuevas agrupaciones femeninas en Grenoble y Lyon y llamaba a las mujeres de los grupos clan

50 FJB. El Socialismo Asturiano en el exilio. Actas del homenaje a la Comisión Socialista Asturiana. Oviedo, p. 55.

51 Cuya labor sería dar charlas, organizar, redactar o publicar en periódicos. Testimonio personal de María Teresa Ortiz, noviembre de 2106.

52 AFFLC, Legajo 459-013. Gestión del Secretariado Femenino–PSOE, septiembre 1964 -junio 1965.

53 AFPI. Legajo 1017-23/1, archivo Carmen García Boise, marzo de 1966.

54 Boletín Renovación, Toulouse, 5 (1967).

55  Entrevista personal a María Luisa Fernández, enero 2016.

56AFFLC. Legajo 216-017. En la circular fechada 17 septiembre 1968 enviada por la Sección de Burdeos al Secretariado, comunica que, aunque tienen ocho afiliadas, no les es posible crear un grupo femenino, porque es muy difícil poder reunirlas debido a sus ocupaciones y además son de edad avanzada, pasan de los sesenta años.

57 FJB. (El Socialismo Asturiano…), Intervención de Carmen García Bloise, p. 96.

58 Testimonio de Manuel Simón (dirigente de Juventudes), 2014.

59 Desde Notas el periódico del Secretariado, la columna de Le Socialiste o el periódico Renovación de las Juventudes, bajo el seudónimo DRIDMA, denunciaba en 1965 la situación secundaria de la mujer y sus condiciones de vida que le impiden desarrollarse intelectual o profesionalmente y como la participación de la mujer en la vida política del mundo ha sido muy escasa. AFJB. (DRIDMA: La política y la mujer, Renovación, Toulouse, julio de 1965).

destinos a una actividad en una línea más feminista y así «poder atenuar el relieve que estaban alcanzando un conjunto de mujeres universitarias» que comenzaron a coordinarse e incluso escribieron un libro titulado La mujer en España,60 con unas medidas, que Carmen consideraba, «tendentes a limitar el proceso de liberación de las mujeres socialistas». La lucha por la igualdad de clase era el objetivo del militante socialista en general, sin distinguir entre los dos sexos dentro de la militancia, por lo que la discriminación femenina estaba en un segundo plano, creyendo además que se eliminaría con la llegada de una sociedad socialista.61 Este sector del interior, que tenían una trayectoria ideológica y «que estaban en contra del Secretariado por eso de la igualdad»62, según Pura, no tuvieron en aquel momento la visión suficiente, «como pudo ser Antonia, la mujer de Mújica o Carmen, la mujer de Felipe63, todas las que venían del interior, llegaban con una concepción muy moderna y decían que las mujeres teníamos que luchar hombro con hombro».64

María Luisa recuerda ese asunto con estupor:

Nos encontramos con algunas mujeres, sobre todo universitarias aquí en España, que decían para qué, si ya estamos en el Partido ¿no? Yo recuerdo a la mujer de Mújica, Antonia, fabulosa, pero decía para qué grupos de mujeres, y alguna más de aquí, la mujer de Miguel Boyer, Elena Arnedo, no se opuso nunca a nada. Antonia era… en el congreso del año 70, fue la que ayudó a que se desmantelara. Argumentaba que las mujeres podían hablar, que estaban a la misma altura, es decir se estaba saltando etapas que ni siguiera ahora hemos conseguido. 65

Las primeras asociaciones que demandaban mejoras para las mujeres, igualdad de derechos y libertades democráticas en el interior surgieron en esos años. El Movimiento Democrático de Mujeres (MDM) constituido en 1964 proyectado por la dirección del PCE, movilizó a miles de militantes comunistas o de otras organizaciones de izquierda, entre las que había jóvenes socialistas como la abogada de presos políticos, Josefina Arrillaga o universitarias como Elena Arnedo. Lucharon dentro del partido para lograr una mayor autonomía planteando reivindicaciones feministas, participaron en los primeros debates y en las asociaciones de amas de casa, y plantearon la acción política desde el seno de las familias, colaborando con las asociaciones de vecinos y movilizando a las mujeres en los barrios. Jugaron un papel muy destacado en la lucha contra el franquismo y durante la transición, e iniciaron la protesta ante las discriminaciones que sufrían dentro y fuera de los partidos.66 Otros planteamientos dentro de la lucha feminista fueron las formaciones feministas de la izquierda radical, lideradas por Cristina Alberdi o Lidia Falcón, impulsadas a mediados de los 70,67 o las agrupaciones de mujeres autónomas de los partidos políticos como el Frente de Liberación de la Mujer (FLM), en el que militaban mujeres del feminismo socialista como Carmen Mestre o Carlota Bustelo.

60 Bofil, M.; M.L. Fabra, M.L.; Salles, A.; Vallés, E. (1976). La mujer en España. Cultura Popular. Madrid, 1967.

61 Quaggio, G. (2017). La cuestión femenina en el PSOE de la Transición: de la marginación a las cuotas. Arenal (24:1), 224.

62 AFJB (El Socialismo Asturiano...) Intervención de Carmen García Bloise, p. 97.

63 Se refiere a Tina Díaz Azcona y a Carmen Romero López. Esta tendrá a posteriori un papel protagonista en la consecución de las cuotas del 25 por ciento.

64 AFJB. Tomás Vega, P. Op.cit., p.11.

65  Entrevista personal a María Luisa Fernández, enero 2016.

66 Arriero Ranz, F. (2014). El Movimiento Democrático de Mujeres, de la lucha contra Franco al feminismo. Catarata, 32.

67 Larumbe, M.ªA. Op.cit., 157. En 1969 Lidia Falcón publica Mujer y sociedad, primera obra teórica del feminismo español.

La Secretaría permaneció hasta el XI Congreso del PSOE en 1970. La pertenencia de estas jóvenes al ala renovadora que pretendía devolver la dirección de las organizaciones a España, en oposición a Llopis, fue una de las causas de su desaparición, tal como reconocieron las mismas protagonistas. Otros motivos, fueron la propuesta remitida por la agrupación de Utrecht demandando la disolución, y el razonamiento de tipo igualitario de los Grupos Femeninos, así como el conservadurismo de los dirigentes mexicanos y el distinto punto de vista de las militantes del interior, sobre todo universitarias que ayudaron a frenar a los grupos de mujeres argumentando que podían hablar y que contaban con los mismos derechos que sus compañeros. Las actas aluden al “tono elevado” que tuvo la sesión plenaria en la que se debatió la propuesta. 68 En la discusión intervinieron Josefina Vidal, Pura Tomás y Carmen García. Varias delegaciones se posicionaron en contra del acuerdo de disolución del Secretariado, entre ellas la de Marignac representada por José Barreiro. Pura Tomás señala que la agrupación de México pidió que la votación fuese nominal y, «aunque los grupos de mujeres habían ganado en la ponencia, perdieron en el pleno debido a que la mexicana era la agrupación más fuerte y obtuvo más votos».69

El XI Congreso de UGT de 1971 influyó a su vez en la renovación del partido. Una nueva generación de afiliados del interior apoyados por una parte del exilio y por nuevos militantes de la emigración europea, reclamaron mayor protagonismo en la toma de decisiones. Con García Bloise en calidad de secretaria de Actas, el sindicato renovó la composición de su ejecutiva a través de miembros principalmente del interior y Nicolás Redondo como secretario.70 En el XII Congreso del PSOE de agosto de 1972 se formalizó la escisión. Los jóvenes militantes del interior en vista de que los veteranos exiliados eran en palabras de Alfonso Guerra, encargado de la preparatoria del congreso, desconocedores de la realidad interna del país, disputaron la dirección del partido a los dirigentes del exilio y el enfrentamiento supuso un cambio político y generacional.

Las relaciones de género en la política del tardofranquismo se basaban en la fortaleza de la masculinidad. A pesar de que en el PSOE había un número de mujeres considerable deseosas de participar en la lucha contra el régimen, sus compañeros las alejaban de la acción del partido, utilizándolas para ciertas ocupaciones en calidad de secundarias o de apoyo a los militantes. A los congresos, mayormente iban en calidad de compañeras de los delegados, en palabras de Pura Tomás, «nunca jugaban un papel importante». El número de delegadas había ido ligeramente en aumento, de siete delegadas asistentes al IX congreso en el exilio,71 ocho años más tarde, en el XII congreso, once secciones enviaron las siguientes delegadas: Carmen García Bloise por Orleans y París, Luisa Fernández y Pura Tomás por Marignac, Humildad Suárez por Rennes, Mari Flor Ramos por Grenoble, María Luisa Gómez por Selles-sur-Cher, Araceli Roa por Hendaya, Lydia Jimeno por Bélgica y Josefina Vidal por Ámsterdam. Y como representantes de las federaciones del interior, por Álava, Rosi y Juana y por Sevilla, Ramona.72 El

68 Fernández Pérez, A. (2000). José Barreiro García. FJB, 251.

69 AFJB. P. Tomás Vega: Op.cit., p.12.

70 FFLC. “Exposición UGT 125 aniversario 1888-2013. Una historia de lucha y logros”. 2013. https://fflc.ugt.org/125-anos-de-la-ugt-1888-2013-una-historia-de-lucha-y-logros

71 Agustina y Adela Ramos, por Gramat; Manuela Coleto, por La Grand’Combe; Rosa Palencia, por Lyon; María Luisa Gómez, por Selles-sur-Cher; Anita Gutiérrez, por Sochaux, y Pura Tomás, por México y Mulhouse.

72 AFJB. XII Congreso 1972. Congresos del PSOE en el exilio, Volumen II, 1958-1974. p.173. En las Actas no aparecen escritos los apellidos de las delegadas del interior.

congreso estableció una ejecutiva formada por catorce representantes, de los que cinco eran renovadores de la ejecutiva del exilio. La única mujer, Carmen, secretaria de Formación del Militante, realizó una brillante labor dentro las agrupaciones, mediando en los enfrentamientos entre históricos y renovadores y coordinando a los militantes del exilio con los del interior.73 Sus dotes organizativas y su capacidad de persuasión contribuyeron al éxito del Congreso de Suresnes74 Recuerda su hermana Marisa, que Carmen se movía mucho, venía a menudo a España y se reunía con compañeros afines a Llopis y luego les concertaba encuentros con Felipe González y con gente cercana a los compañeros del interior o a Nicolás Redondo, «siempre procuró ir de segundona, no aparecer como la que organizaba, intentó en todo momento mediar en las pugnas internas, pero sin tener el protagonismo». 75

El sector renovado logró el reconocimiento de la Internacional Socialista en enero de 1974 y en octubre, tuvo lugar la última etapa de renovación. Organizado por Carmen García Bloise y Fernando Gutiérrez, el XIII Congreso celebrado en Suresnes, el último en el exilio, al que asistieron delegadas como Josefina Suárez, Josefina Vidal, Alicia Ayala o Esther Cabezudo, eligió una Comisión Ejecutiva de socialistas completamente del interior y Carmen, que tomó parte en todo ese proceso renovador y de transformación del partido, fue nombrada delegada ejecutiva en París. Por aquel entonces el PSOE era un partido minoritario dentro de la oposición antifranquista, defensor de la ruptura con el régimen y de la vuelta de la República.

3.- El retorno: abriendo espacios políticos y ganando espacios de libertad

Son los años en los que regresó a España la Comisión Ejecutiva y un buen número de exiliadas políticas, emprendedoras y acreditadas, que habían luchado en distintas circunstancias por las libertades, con una vida en Europa y América acomodada y afianzada, fueron llamadas desde el interior con el fin de aportar su amplia experiencia socialdemócrata e impulsar la organización del partido. Como apunta Manuela Aroca,76 hicieron un esfuerzo muy fuerte por regresar a España, «no teniendo ni el partido ni el sindicato un protocolo de actuación respecto a lo que iba a ser el retorno», encontrándose, según Pura Tomás, «gente generacionalmente muy distante, con una concepción de llevar el partido bastante diferente, por lo que no era fácil recomponer el tablero».77 Carmen García Bloise manifestaba, pasada una década desde su vuelta:

En octubre de 1975 mi marido y yo regresamos a Madrid (…): Vi a Felipe tan solo, que me enrolló. Y a pesar de que hay aspectos de la política que yo rechazo, porque siempre he sido un poco romántica, me metí de lleno en ella. Fue un período de lucha. Servimos de puente entre la generación de Llopis y la de Felipe, y vimos la necesidad de aportar lo que habíamos vivido fuera, de demostrar que una organización no se improvisaba. Desde entonces comenzó el trabajo, pero había que montar la red del Partido. 78

73 Testimonio de Manuel Simón: Escuela de la Memoria: «Homenaje a Carmen García Bloise». Madrid, abril 2014.

74 Romero, Carmen, Et. Al. (1995). Exilio, emigración y socialismo. Homenaje a Carmen García Bloise. Fundación Españoles en el Mundo.

75 Entrevista personal a Marisa García Bloise, Madrid, 30 de marzo de 2019.

76 Mesa Redonda UNED, Cátedra del Exilio: Retornos del exilio socialista. (2012).

77 Menéndez García, J.J. (2006). Pura Tomás. Una rosa perdurable. Trea Varia, 159.

78 AFPI. Legajo 1022-3/8, Archivo Carmen García Bloise, «Entrevista a Carmen García», revista Dunia, 1985.

García Bloise fue protagonista de la reorganización territorial del partido en el interior tras la celebración en Madrid del XXVII Congreso, acto ampliamente respaldado por el socialismo internacional.79 Iniciada la transición política y antes de la legalización del PSOE, la nueva Ejecutiva, con Ramón Rubial en la presidencia, se puso en marcha para organizar el renovado y aún pequeño partido, y llevar a cabo la reconstrucción de las organizaciones por todo el territorio. Participó en la comisión organizadora del congreso80 que lideraba Alfonso Guerra, y, gracias a su experiencia, se ocupó de las finanzas y de la administración; en sus sesiones, militantes como ella, como Pura Tomás o Encarna Vega, consiguieron que el partido reconociese a un grupo de mujeres socialistas y feministas, creado un año atrás, al que llamaron «Mujer y opción socialista», dependiente a motu proprio del secretario de Formación de la Ejecutiva Federal, Gómez Llorente, y con Helga Soto en la portavocía. El objetivo del grupo era el acceso de las mujeres al poder o «cómo convencer de la necesidad de imponer un sistema de cuotas en las listas electorales para ir logrando la representación política».81 A su vez, el partido asignó a García Bloise, en reconocimiento a su labor, un papel fundamental en la Comisión Ejecutiva en calidad de secretaria de Administración, pasando a ocuparse de la gestión económica y del presupuesto. Cargo que, por otra parte, y aun cuando Carmen era contable, no dejaba de estar cercano al rol tradicional, estereotipo arrastrado hasta hoy en día, en un partido al uso reticente al protagonismo de las mujeres en su seno. En las primeras elecciones a Cortes Constituyentes ocupará el escaño por Madrid en la lista electoral junto a otras militantes de la organización clandestina como Carlota Bustelo, Palmira Pla por Castellón, Ana María Ruíz-Tagle representando a Sevilla, Asunción Cruañes a Alicante o María Izquierdo por Granada. Alfonso Guerra82 dirigía la campaña y participaba en la comisión que debía decidir sobre la conformación de las listas83 en las que se incorporaron algunas mujeres, la mayor parte de los casos en puestos considerados poco seguros para salir elegidas. La técnica masculina de confección de listas electorales consistía en que, primero, se ponían los dirigentes, a continuación, trataban de colocar a algún representante del sindicato que siempre era hombre, luego daban cabida a la gente de juventudes y finalmente, si se disponía de alguna veterana se colocaba entre el sexto y séptimo lugar de la lista o bien, si no había, la inclusión de la primera mujer llegaba en la denominada «franja de seguridad»84 Estas diputadas pelearon porque la Ley de la Reforma Política y la Constitución democrática saliera adelante e influyeron para que se aceptaran las propuestas que las organizaciones feministas hicieron llegar a las Cortes (despenalización del adulterio y del amancebamiento, venta de anticonceptivos…).

Ludivina y María Luisa se conocieron en 1977 cuando, junto a otras compañeras ugetistas,85 presidían en Madrid la mesa de la 1ª Conferencia sobre la Mujer Trabajadora (salida del XXX Congreso de la UGT), que planteaba reivindicaciones actuales hoy en día sobre la problemática de las trabajadoras, como la igualdad salarial, las medidas de acción positiva o la formación.

79 El PSOE contó con el apoyo de los líderes socialdemócratas que gobernaban o habían gobernado, Olof Palme, Willy Brandt, François Mitterrand, Pietro Nenni, Carlos Altamirano y Michael Foot.

80 Meses antes, el partido nombró una comisión organizadora de doce miembros formada por Alfonso Guerra, Myriam Solimán, Carmen García, Carmen Hermosín, Helga Soto, Manolo Marín, José Félix Tezanos, Julio Feo, Javier Tezanos, Roberto Dorado, Pilar Vázquez y Carlos Seijo.

81 Arnedo, E.: Mujer y Socialismo, Opus Cit., 224.

82 Aparece una valoración negativa a menudo, en boca de las mujeres entrevistadas, en cuanto a la misoginia de Alfonso Guerra.

83 Guerra, A. (2004). Cuando el tiempo nos alcanza. Memorias (1940-1982). Espasa, 244.

84 Balletbó, A. (2004). Una mujer en la transición. Confesiones en la trastienda. Flor del Viento. 144.

85 Matilde Fernández, Blanca Pera, Antonia Olmos o Margarita Martínez.

Junto a las sindicalistas españolas asistieron distintas representantes sindicales de varios países europeos (Alemania, Suiza…) y de la Internacional Socialista. En estas primeras jornadas de trabajo se debatió sobre la necesidad de derogar las disposiciones legales discriminatorias para la mujer, así como la asistencia sanitaria gratuita en caso de aborto y la expedición de anticonceptivos. También se solicitó la revisión de los libros de texto que discriminaban en razón de sexo y la implantación de asignaturas comunes para todos los estudiantes, sin diferencia de sexo. La consideración de la maternidad como función social, con el abono del 100% del salario, la creación de guarderías gratuitas y la implantación de centros de formación profesional para la mujer, fueron las conclusiones de la conferencia.86

Provenientes de lugares con mayor libertad y acostumbradas a tener un trabajo remunerado, a estas mujeres que volvieron, les va a costar amoldarse porque en España había habido muy pocos avances a nivel legal respecto a las mujeres87 y su actividad política no suscitaba demasiada simpatía en la opinión pública;88 Ludivina García Arias encontró notables diferencias entre la España hallada al regreso y la que fue descrita por sus padres, “una sociedad muy cerrada (…) y más rígida que la mexicana en cuanto a las opiniones, en el sentido de que en España se entendía con un poco de más dificultad cualquier tipo de idea nueva”. 89 En Madrid permaneció dos años, mientras conseguía la convalidación de sus estudios, cursó algunas asignaturas que le requería el Comité de Convalidación e hizo la tesina de Licenciatura, retomó el contacto con un primo lejano, que había conocido en su anterior viaje a España y que estaba en conexión con abogados laboralistas y de causas políticas en un entorno comunista, el abogado José Luís Rodríguez Vigil, con el que contrajo matrimonio y tuvo su primera hija. En 1972, se trasladó a Asturias, poniéndose en contacto con las organizaciones socialistas dando comienzo la militancia en la clandestinidad. Era un período en el que empezaban a crearse los despachos laborales en defensa de los trabajadores y las organizaciones intentaban darse a conocer. Ana Navarro y Miguel Ángel Pino, socialistas andaluces afincados en Asturias que llevaban un despacho laboral creado por la UGT y el PSOE, les pidieron que se hicieran cargo de la oficina laboral ubicada en Gijón, entonces comenzaron a atenderla por las tardes gratuitamente. El partido estaba muy activo en las cuencas mineras y en Gijón, sin embargo, en Oviedo había sufrido un importante repliegue. Empezó la reorganización ovetense, junto con otros militantes recorría empresas y centros sanitarios de la ciudad para presentar a la UGT y repartía los boletines socialistas y los pasquines, en un intento de ir llevando a los trabajadores hacia el ideario socialista y de aumentar la afiliación. Empezó a formar parte del Comité del PSOE y de la UGT de Oviedo, que decidió nombrarla en 1973 secretaria de Educación y Formación de ambas organizaciones, su labor consistía en impartir por las casas cursos de historia de las organizaciones y de la militancia, celebrar reuniones de zona en algunas iglesias explicando a los asistentes el concepto de afiliación y estructurar la organización90. En el domicilio de Marcelo García y Encarna Vega y

86 El País, 1 marzo 1977. «UGT, contra la discriminación del trabajo femenino».

87 Domínguez Prats, P.: «Coloquio…», Op.cit.

88 100 años trabajando por la igualdad, Informe 8 marzo 2008. 120 aniversario de la UGT. 25 aniversario del Departamento Confederal de la Mujer de UGT. Secretaría para la igualdad, 14-18. En 1975, coincidiendo con que la ONU se manifestó en contra de la discriminación femenina y declaró el Año Internacional de la Mujer, una nueva reforma del Código Civil acababa con algunas de las discriminaciones legales de las mujeres, principalmente la licencia marital y la obediencia al marido, aunque mantenía la patria potestad y la administración conjunta de los bienes gananciales, algo que no será modificado hasta el año 1981.

89 “Los hijos del exilio”, La Clave, RTVE. 24 agosto1984, https://www.rtve.es/alacarta/videos/la-clave/clave-hijos-del-exilio-parte-1/765449/, consultado el 28/04/2014.

90 FFLC. Entrevista a Ludivina García Arias. Fondo Archivo oral del sindicalismo socialista (sig.003650-001), Madrid, 22-24 marzo de 2007.

en el suyo propio «recalaba toda la gente de Madrid que acudía a las reuniones». Asistió como delegada al XXX Congreso Confederal de la UGT celebrado en Madrid en 1976, aún en la ilegalidad; Asturias era empuje importante de las organizaciones y le correspondía numerosos delegados, entonces los compañeros asturianos la eligieron por votación secretaria de Actas y cuando se configuró la Ejecutiva en la que sale como secretario general Nicolás Redondo, el congreso decidió que la Secretaría de Emigración pasase al interior, nombrando para el cargo a Ludivina, cuyas funciones se basaban en reuniones con la Ejecutiva, asistencia a seminarios o conferencias sobre la emigración en países europeos como Suecia o Bélgica, mejora del boletín informativo o presionaran al gobierno de UCD, a través de la prensa española, que impedía que la abundante emigración participase en los procesos electorales o sindicales.91

En este clima de juventud politizada, las mujeres a quienes rendimos tributo aquí, «desexiliadas» o clandestinas, participaron en la construcción del partido y del sindicato en diversas regiones desde los inicios de la transición. Lo hicieron en las áreas de organización, emigración o formación fundamentalmente, ocuparon puestos en las secretarías de la sede del partido, en los equipos de trabajo, prestando apoyo a los primeros diputados, o a través del desempeño de distintos cargos dentro del grupo parlamentario y algunas accedieron al trabajo municipal o regional participando en las listas electorales, aunque pocas colocadas en los puestos de salida. En la Ejecutiva, su presencia fue muy minoritaria. Exceptuando a Carmen García Bloise, la mujer que había apoyado a los socialistas del interior cuando Felipe González presentó su candidatura a la secretaría general en Suresnes y que, según el testimonio de M.ª Luisa Fernández, «Carmen les había formado en la historia del PSOE y allá por 1967, juntos estructuraron la operación para que el interior empezara a dirigir el partido».92 Cuando en los comienzos, Felipe González se instaló en un pequeño despacho de la calle Jacometrezo, aún el partido en la clandestinidad, contó con el apoyo fundamental de García Bloise como contable y de Myriam Solimán,93 como secretaria particular que coordinaba todo el equipo estructural y hablaba cinco idiomas,94 así como de Helga Diekhoff,95 en el cargo de jefa de prensa y asesora de comunicación, hasta la victoria electoral del PSOE en 1982.

En el tiempo en que Henar Corbí volvió a España, comenzó a impartir clases de francés en un colegio y en un instituto de segunda enseñanza de una zona minera de la comarca del Bierzo a la vez que iniciaba la militancia socialista dentro de un núcleo clandestino antifranquista formado por grupos de izquierdas como el PCE o el PTE y algunos curas obreros, con los que se reunía en el sótano del colegio de monjas. En 1977, año que se legalizó el Partido Socialista,

91 FFLC. Entrevista a Manuel Simón Velasco. Fondo Archivo oral del sindicalismo socialista, Madrid, noviembre/diciembre de 2010. (Secretario de Relaciones Internacionales).

92 Entrevista personal a María Luisa Fernández, enero 2016.

93Myriam Solimán: de origen egipcio, vivió en el Cairo hasta los 18 años para después estudiar en la Escuela de Intérpretes de Ginebra. En Madrid, conoció al que será su marido, el estudiante de medicina Miguel Ángel Martínez. Tras el encarcelamiento de éste en 1964, cruzaron la frontera francesa y residieron en Toulouse, Viena y Bruselas, donde realizaba labores de intérprete y traducción. Volvió a España a petición de Felipe González para trabajar en la Secretaría General del PSOE. Junto con Carmen Hermosín, esposa de Luís Yáñez, y Carmen García Bloise que regresó del exilio más tarde, empezaron a montar el despacho y la infraestructura del Partido. Cuando el PSOE ganó las elecciones trabajó en la Presidencia del Gobierno.

94 Entrevista personal a Myriam Solimán Zaky. Madrid, julio 2017.

95 Diccionario biográfico FPI: Conocida como Helga Soto (apellido de su marido). Alemana de origen, llegó a España con la intención de mejorar su conocimiento del idioma. Desarrolló su trabajo como asesora de comunicación y jefa de prensa del primer secretario del PSOE, Felipe González (“Isidoro”) desde un piso de la calle Ayala de Madrid, camuflando su actividad bajo las siglas de la sociedad NEDOSA (Negocios y Documentos SA). Posteriormente fue jefa del gabinete de Prensa del PSOE en la calle García Morato, que después de las elecciones municipales de abril de 1979 recobró su nombre de Santa Engracia. Formó parte del grupo Mujer y Socialismo. Acompañó a Felipe González de mitin en mitin en las campañas electorales de 1977, 1979 y 1982.

se trasladó a Madrid y entró, a petición de Paulino Barrabés, a trabajar como técnico en la recién constituida Fundación Francisco Largo Caballero participando también, en 1982, en la creación del colectivo «Mujer y Socialismo».96 Unos meses después, Nicolás Redondo, le pidió formar parte de la Secretaría Confederal del sindicato socialista como directora de gabinete para poner en marcha la estructura junto a Joaquín Almunia y Manuel Chaves, continuando siete años en el cargo. Fue candidata al Congreso por León en la I y II legislatura en tercer y quinto puesto respectivamente.97 Siempre ligada a los movimientos sociales, en 1982 se incorporó al Grupo Federal de Servicios Sociales del PSOE como coordinadora de la Comisión de Minorías Étnicas. En 1983 y 1995, I y IV Legislatura, fue diputada por el PSOE en la Asamblea de Madrid cuya labor se encaminó al desarrollo de políticas para superar la exclusión social de la población marginada. Gracias a su trabajo se tramitaron numerosas iniciativas a favor del colectivo de inmigrantes o de la integración de grupos que sufren discriminaciones. Como primera directora de la mujer en esta comunidad, trabajó en iniciativas para la formación hacia el empleo de la mujer o el fomento de la integración de la mujer en el medio rural. Esta trayectoria en apoyo de la mujer le supuso recibir en 1999 el premio de la Federación Española de Municipios y Provincias para mujeres que han aportado un impulso en favor de la igualdad.

Ludivina dejó la Ejecutiva y la militancia activa de UGT por razones de carácter personal y optó por la ocupación política presentándose como candidata por Asturias en las elecciones de 1979, sin conseguir el escaño; el PSOE logró colocar en el Congreso a cuatro diputados, ella participaba en el quinto puesto de las listas. Los partidos solían colocar a las mujeres en los últimos puestos, con la excepción de figuras como Dolores Ibárruri que en esa I Legislatura encabezó la lista por el PCE en el Principado y entró en el Congreso. Un año después, en medio de una profunda crisis económica, Ludivina sustituyó en el Parlamento a Jesús Sanjurjo al presentar este su dimisión. Su labor fue destacable en las diferentes Comisiones parlamentarias (Comisión de Derechos de la Mujer, de Desarrollo y Cooperación, de Política Regional y de Ordenación del Territorio, o la Comisión de Investigación, Desarrollo Tecnológico y Energía). En las primeras elecciones municipales tras la dictadura, al tiempo que trabajaba de profesora en Oviedo, salió elegida concejala socialista de la primera Corporación Municipal ovetense liderada por UCD; en la oposición formó parte como vocal de la Comisión de Educación y Cultura y presidió la Comisión Informativa de Régimen Interior, hasta que en diciembre de 1980 presentó su renuncia para ocupar su escaño de diputada.98 Fue secretaria general de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza (FETE) de Asturias en la etapa en que comenzó a organizarse esta Federación, y diputada a Cortes en tres legislaturas, I, II y VII, desempeñando, entre 1987 y 2000, el cargo de eurodiputada. Desde el Parlamento Europeo impulsó la creación de Euracom (Asociación de Comarcas Mineras de Europa), de la que fue presidenta, para unir los esfuerzos de todas las zonas dependientes del carbón en defensa de sus intereses específicos, fomentar nuevos empleos y crear un entorno medioambiental más adecuado. Impulsó la adopción por la Comisión Europea del Programa comunitario Rechar, del que se benefi

96 Testimonio de Henar Corbí, octubre 2016.

97 Junta Electoral Central. Elecciones Generales. Online.

98 Archivo Municipal de Oviedo, Actas Pleno A-305, 30 marzo 1979- 28 marzo 1980. En el acta de sesión del 3 de diciembre 1980, el alcalde Luís Riera Posada le dedicó unas palabras de despedida: «quien se ha entregado con tesón y trabajo ejemplar, apasionadamente, en defensa de los intereses municipales, desde sus criterios e ideas políticas, servidos lealmente. Destaca las cualidades de honestidad, trabajo y dedicación de la Sra. García Arias.»

ciaron las cuencas mineras de la Europa comunitaria, con recursos comunitarios para realizar la reconversión de estas zonas en crisis económica.99

El XXVIII Congreso del PSOE en mayo de 1979, se celebró en medio de una especial relevancia por coincidir con un tenso debate interno sobre la orientación ideológica del partido. La delegación sevillana rechazó el término marxista y Felipe González presentó su renuncia a la candidatura para ser reelegido secretario general al ser rechaza la enmienda. El Congreso acordó nombrar una comisión gestora compuesta por cinco integrantes, una de ellos era Carmen García Bloise, secretaria de Administración, que fue la encargada de preparar el Congreso Extraordinario convocado en septiembre y dar así una salida estable a la situación del partido. Alfonso Guerra, en su libro de memorias, manifiesta que se optó por la presencia de Carmen en la gestora por su probada militancia en la defensa del partido y «para garantizar la continuidad en la administración económica del partido».100 A partir de este Congreso se abandonará el marxismo como ideología oficial y el PSOE se definirá como un partido socialista democrático y estructurado de manera federal, y Carmen saldrá elegida secretaria de Organización, sustituyendo a Alfonso Guerra hasta 1984, que pasó a ser vocal y finalmente, después del XXXI Congreso, secretaria ejecutiva de Política Migratoria.

4.- Consideraciones finales

El recuerdo del éxodo republicano entrelazado con las vivencias de la guerra civil, y el hecho de que los padres y madres se exiliaran, fue trascendental en la vida de estas refugiadas de segunda generación a la hora de configurar sus ideas socialistas y antifranquistas y «su identidad como españolas».101 En sus trayectorias convergentes, las cuatro adoptarán un compromiso militante y unas inquietudes sociales y políticas afines, en un contexto esencialmente masculino y de «mansplaining».

La nueva militancia juvenil, que emergió en los años sesenta en Francia, trabajó para incorporar a mujeres y a emigrantes a la causa socialista, a través de la organización de diversas actividades que pretendían infundir conciencia democrática y feminista. Su labor posibilitó el restablecimiento del Secretariado Femenino en 1965, emparentado con el de los años treinta, bajo la dirección de Carmen García Bloise y un equipo de jóvenes exiliadas; no obstante, dicho Secretariado fue disuelto debido, entre otras cosas, a su pertenencia al ala renovadora del PSOE, que finalmente consiguió imponerse a los líderes históricos de Toulouse y México, y a las iniciativas de algunas mujeres del interior que tenían una concepción de lucha de clase y en absoluto de género, y no distinguían dos sexos dentro de la militancia, o bien juzgaban la lucha feminista como secundaria.

La huella de su paso por los países de acogida, en los que pudieron estudiar y formarse sindical y políticamente, perdurará toda su vida y contribuirá a la recuperación de las libertades en España. Procedentes de lugares con mayor libertad, habituadas a tener un trabajo remunerado y a sociedades más abiertas, les va a costar adaptarse a la rigidez y doble moral españolas, un

99 Europa Press, Oviedo, 22 de septiembre 2009. «Areces ensalza el trabajo de Ludivina García por su «entrega y dedicación» al progreso de la sociedad asturiana»

100 Guerra, A.: «Cuando el tiempo…», 340.

101 Moreno Seco, M. Op. Cit., 277.

país con escasa población activa femenina y pocas reformas respecto al modelo normativo de feminidad. 102

Desempeñaron un papel decisivo en la reorganización del PSOE y de la UGT al retorno, en el asentamiento de las estructuras organizativas que habían sufrido las consecuencias del régimen franquista tanto como los errores estratégicos de la dirección en el exilio, y en las áreas de organización, formación y emigración principalmente a través de su experiencia en el funcionamiento de un estado democrático. Áreas, exceptuando las Secretarías de Administración y Organización, ostentadas por García Bloise en la CEF, con funciones de segundo orden, que se asocian más bien al rol tradicional de las mujeres determinado por los varones. En contradicción, por tanto, entre su feminismo y la masculinidad de la política y el partido, que se traduce en el desempeño de cargos subalternos dentro de las organizaciones y de puestos con escasas posibilidades de éxito en las listas electorales.

Socialistas Universitarias como Ludivina García Arias o Henar Corbí Murguí, y activistas como M.ª Luisa Fernández Lafuente, trabajaron además en estrecha conexión con las políticas en favor de la igualdad de la mujer en la escena de un feminismo emergente. De la misma manera, Carmen García Bloise, desde su puesto en la Ejecutiva, tuvo una gran importancia en los aspectos organizativos y administrativos dentro del partido socialista y en el apoyo a las reformas a favor de que las mujeres pudieran hacerse un hueco en la política, en esa transformada sociedad española en la que «las mujeres empezaban a ser equiparadas en derechos políticos y sociales ya durante la transición y a lo largo de la democracia»,103 que enlaza con el trabajo, desde finales de los años 70, de la Comisión Mujer y Socialismo, un grupo feminista muy activo dentro del PSOE que peleó por conseguir la igualdad en el interior del partido así como por la presencia de más mujeres en las listas electorales y mayor posibilidad de participación en los niveles de responsabilidad y decisorios,104 y contribuyó, junto con otros grupos feministas, a la transformación cultural y social del país.

§

102 Nash, M. Op.cit., 193.

103 Retornos del exilio… Op.cit.

104 «Las mujeres del PSOE piden mayor presencia en los órganos de decisión del partido», El País, (28 de mayo de 1984)

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Elena Pazos Rodríguez. Licenciada en Geografía e Historia. Máster en Historia Contemporánea “La España contemporánea en el contexto internacional”. Curso estudios de Doctorado en la Universidad de Sevilla. He realizado varias comunicaciones y algunos artículos sobre la participación de la mujer en el seno del socialismo español. Trabajo de profesora de Secundaria para el Gobierno de Canarias.

Fecha de recepción: 11/06/2022

Fecha de aceptación: 28/10/2022

ISSN: 1889-1152. DOI: 10.1344/segleXX2022.15.6

ISSN: 1889-1152. DOI: 10.1344/segleXX2022.15.6

Revista catalana d’història 15 (2022), 104-127

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Revista catalana d’història 15 (2022), 104-127

ISSN: 1889-1152. DOI: 10.1344/segleXX2022.15.6

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