Revista catalana d’història 15 (2022), 301-303

Julia Schulz-Dornburg y Manel Risques, ¿Donde está Franco? Cuaderno de un viaje, Tres Hermanas, Madrid, 2022, 119 pp.

¿Dónde está Franco? Las múltiples respuestas a la pregunta que suscitan los autores del libro nos sitúan en un territorio tangente a los ámbitos de la monumentalidad, la arquitectura, el espacio público y la memoria. En él se afronta, sin tapujos ni reservas, la incomodidad de la memoria del franquismo, resolviendo una tensión inherente al propio origen del libro, que no es otro que la incomodidad de la iconoclasia recibida en contra del trabajo propio. Desde esta doble perspectiva desarrollan una psicogeografía1 múltiple que reflexiona sobre los usos contemporáneos del simbolismo de la dictadura.

Todo empieza con una motivación política que consiste en transmutar el relato del tricentenario asociado al equipamiento público del Born, en Barcelona, para ampliar sus contenidos más allá de la óptica independentista, tras la victoria de En Comú-Podem en las elecciones municipales de 2015. En octubre del siguiente año, la exposición Franco, Victoria, República. Impunidad y espacio urbano, -comisariada por el historiador y profesor Manel Risques y en la que participa como artista y diseñadora la arquitecta Julia Schulz-Dornburg-, representa la gran apuesta de este viraje. En el marco de esta exposición se proyecta una instalación en la plaza del Born que recontextualiza dos monumentos franquistas originales: la estatua ecuestre del dictador, del escultor Viladomat, y la Victoria de Marès. La instalación es retirada tras estar solamente cuatro días en la vía pública. Durante más de 72 horas, la estatua ecuestre es objeto de múltiples ataques hasta su derribo.

El relato en forma de diario de bitácora de los hechos sucedidos nos recuerda la capacidad del arte para catalizar procesos sociales que van más allá del símbolo, pero que proyectan sobre el objeto la utilización de idearios ideológicos con enormes resultados. Los hechos explicados contextualizan la dimensión conflictual de la memoria del franquismo que en esos días de exacerbación emocional convierten esa plaza en un lugar para el escarnio público legitimado por el misticismo del Born como lugar fundacional del “procés” y su aspiración política.

1 The Naked City, Debord, 1952

Visto en perspectiva todo lo acaecido nos produce un cierto extrañamiento. Si la exposición pretendía que “la sociedad catalana se mirase a sí misma a través de las dobleces morales que el proyecto identificaba y mostraba”; entonces la instalación fue un auténtico espejo de una sociedad convulsa hasta la vergüenza. Este libro alarga la sombra de ese trauma desde un posicionamiento ético inteligente, como acto de redención. La distancia con las heridas cicatrizadas permite la vuelta al objeto de estudio: el patrimonio incómodo.

En este sentido, la estructura del libro obedece al ejercicio de poner orden a lo sucedido, y otorgar valor a la investigación llevada a cabo para la exposición. Con este objetivo, los autores desarrollan dos lenguajes complementarios.

Evocación de un Boicot, de Manel Risques, es un texto de contextualización histórica necesario para entender el sentido completo del libro. En él se analizan cronológicamente los hechos, lo cual resulta en un texto genuino. Se trata de una descripción pormenorizada de los argumentos y/o soflamas que los diversos actores articularon en los discursos sucedidos con anterioridad a la inauguración y durante esos mismos días; y que evidentemente promovieron los ataques más o menos organizados en contra del monumento. Como actor involucrado y lejos de la equidistancia, se despacha contra el pensamiento único del “procés” y las consecuencias de la censura y la autocensura.

Este texto da pie a una auténtica huida hacia adelante, un cuaderno de viaje sobre el territorio de gestión del simbolismo incómodo, de Shulz-Dornburg.

Una de las preguntas que subyacen a la observación del trauma durante los cuatro días de acciones iconoclastas en el Born, es por qué habiéndose instalado dos piezas originales de la dictadura, solamente es atacada la ecuestre de Franco. Esta cuestión lleva a la autora a preguntarse por las jerarquías simbólicas de las representaciones del totalitarismo. El cuaderno es una respuesta a la pregunta de la situación del resto de ecuestres del dictador, ubicadas durante décadas en Toledo, Zaragoza, Madrid, Valencia, Santander, Ferrol, Melilla y Segovia. En la actualidad, ocho de todas ellas en situación de almacenamiento.2

Así logramos salir de la perspectiva local del Franco en la plaza del Born, y situar la pieza de Viladomat en un contexto más amplio, en paralelo al resto de estatuas ecuestres del dictador escondidas en diversos almacenes por todo el territorio español. Efectivamente, la pregunta no es retórica: ¿Dónde está Franco?

El diario del viaje es la cartografía simbólica de una búsqueda geolocalizada. Asimismo, es la geografía de un letargo, el retrato de un fantasma escondido, guardado, custodiado... Las respuestas institucionales muestran la diversidad de ecosistemas de este territorio: en el menor de los casos el permiso y el acceso. En otros muchos la denegación sin justificar, la callada por respuesta, las llamadas sin registro, el uso de los vericuetos de la burocracia…con el objeto de hacer abandonar al investigador por cansancio. El diario se convierte así en material en bruto para el análisis crítico de las leyes, normativas y protocolos para el acceso a archivos y patrimonio público. La estatuaria del franquismo constituye uno de los ejes necesarios para entender y transmitir qué fue la dictadura franquista y qué mecanismos simbólicos utilizó para diseminar y sostener el nacionalcatolicismo. En especial, el programa iconográfico de la representación del caudillo como jinete, heredero de la tradición imperial del líder a lomos de su caballo.

2 La ecuestre de Melilla es la única en exposición en el marco de un convenio del Ministerio de Defensa con la empresa Gaselec, aunque también se desestima el acceso de la autora justificando obras de remodelación.

En Barcelona, la estatua ecuestre de Franco se halla hoy desmembrada en el almacén de la Zona Franca del Museo de Historia de la ciudad. Los fragmentos, leídos casi como reliquias, pueden de nuevo ser objeto de análisis en este contexto, puesto que la instalación de 2016 forma ya parte de la historia de este monumento, sobre el que no se prevé restauración ninguna. El resto de ecuestres se hallan en condiciones similares, aunque con menos desperfectos.

En este sentido, el libro constituye un punto y aparte tras los acontecimientos del Born en 2016, y una referencia para nuevas acometidas críticas por parte de una sociedad suficientemente madura como para poder volver a mirar el patrimonio incómodo cara a cara, también en sus espacios públicos.

Núria Ricart Ulldemolins

Facultat de Belles Arts, Universitat de Barcelona (España)

ISSN: 1889-1152. DOI: 10.1344/segleXX2022.15.20

Revista catalana d’història 15 (2022), 301-303

ISSN: 1889-1152. DOI: 10.1344/segleXX2022.15.20

Revista catalana d’història 15 (2022), 301-303

ISSN: 1889-1152. DOI: 10.1344/segleXX2022.15.20