Revista catalana d’història 17 (2024), 171-185

La diplomacia paralela del nacionalcatolicismo. Una historia de las misiones católicas españolas en Francia, de la acción discreta a la agonía (1939-1976)

Aubin Gonzalez

Université Bordeaux Montaigne

aubin.gonzalez@u-bordeaux-montaigne.fr

Resumen

La trayectoria de las misiones católicas españolas está vinculada con la red diplomática española en Francia. Instalada allí desde la década de 1920, la red misionera española se convierte, durante la Guerra Civil, en una pieza estratégica de la propaganda de los nacionales en el suelo francés. Si desde 1936 hasta 1945 las misiones católicas fueron auténticas bases de retaguardia de Falange en Francia, este no es el caso tras la Liberación. En un país todavía hostil al régimen franquista, las misiones católicas españolas no tienen otra opción que adaptarse si quieren mantener sus actividades y hacer olvidar la simpatía de la dictadura por el fascismo. En las páginas que siguen, intentaremos demostrar cómo estas instituciones religiosas se adaptaron a los diferentes contextos políticos y diplomáticos francoespañoles proponiendo una serie de reflexiones sobre los diferentes actores de este proceso de adaptación.

Palabras clave: Francia, diplomacia, Iglesia católica, inmigración, franquismo

Resum

La diplomàcia paral·lela del nacionalcatolicisme. Una història de les missions catòliques espanyoles a França, de l’acció discreta a l’agonia (1939-1976)

La trajectòria de les missions catòliques espanyoles està lligada a la xarxa diplomàtica espanyola a França. Present allà des de la dècada de 1920, la xarxa missionera espanyola esdevingué, durant la Guerra Civil, un element estratègic en la guerra de propaganda dels nacionals en terra francesa. Si de 1936 a 1945 les missions catòliques van ser bases de rereguarda de Falange a França, les coses van ser completament diferents després de la Libération. En un país l’opinió pública del qual era principalment hostil al règim franquista, les missions catòliques espanyoles es van veure obligades a adaptar-se per mantenir les seves activitats i fer oblidar les simpaties feixistes de l’Espanya franquista. Les pàgines següents pretenen, doncs, demostrar com aquestes institucions religioses van adaptar-se als diferents desenvolupaments polítics i diplomàtics francoespanyols oferint una sèrie de reflexions sobre els diferents actors d’aquest procés d’adaptació.

Paraules clau: França, diplomàcia, Església catòlica, immigració, franquisme

Abstract

The parallel diplomacy of Francoism: A story of Spanish Catholic missions in France, from discreet action to agony (1939-1976)

The trajectory of the Spanish Catholic missions is linked to the Spanish diplomatic network in France. Present there since the 1920s, the Spanish missionary network became, during the Civil War, a significant strategic element in the propaganda war waged by nationals in France. If in 1936-1945 the Catholic missions were authentic “rear bases” of the Falange in France, things were entirely different after the Liberation. In a country whose public opinion was mainly hostile to the Franco regime, the Spanish Catholic missions were forced to adapt to maintain their activities and to make forget the fascist sympathies of Francoist Spain. The following pages intend to demonstrate how these religious institutions adapted to the different Franco-Spanish political and diplomatic developments by offering some reflections about different actors in this adaptation process.

Keywords: France, diplomacy, Catholic Church, immigration, Francoism

§

Durante la Guerra Civil y toda la dictadura franquista, Francia es un punto estratégico para la expresión de las diferentes solidaridades y la movilización hacia España.1 Desde la diversidad de los discursos y prácticas humanitarias que compiten a partir de finales de 1936 con la cuestión de la atención a los grupos de exiliados hasta la progresiva aparición de los discursos y prácticas asociativas desarrollados por la emigración a partir de los años cincuenta, el Hexágono fue el lugar donde las redes y grupos de presión españoles, pro y antifranquistas, pudieron desarrollar discursos y actividades capaces de satisfacer sus propios objetivos políticos.

Desde hace ya más de diez años, los trabajos españoles y franceses van explorando este tema cada vez más central en la historia social, institucional y política de las migraciones ibéricas en la época contemporánea.2 En esta línea, estas páginas se centran en el análisis de los discursos y de las prácticas desarrollados en las misiones españolas en Francia entre 1939 y 1976.3 Partiendo de la aparente solidaridad nacional ostentada por los nacionales durante la Guerra Civil hacia los grupos de españoles instalados en Francia, se propone demostrar cómo las misiones intentaron adaptarse a diferentes contextos políticos (francés, español) y diplomáticos (relaciones francoespañolas). Esta adaptación, particularmente facilitada por la existencia de grupos de presión francoespañoles, es lo que permite a las misiones, y a la red consular de la que dependen, mantener un control político, cultural y social sobre las emigraciones españolas desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la segunda mitad de los años setenta, en un momento en el que la emigración española cuestiona abiertamente los fines de la solidaridad nacionalcatólica al emigrante.

1. La red misionera católica en Francia y la Guerra Civil: la caridad al servicio de la propaganda nacionalcatólica

A finales de 1936, se informa ampliamente de la Guerra Civil española en la opinión pública francesa. En la Francia de los años treinta, la irrupción de la contienda entre los nacionales y los republicanos acentúa aún más las tensiones en el juego político francés. Por un lado, los grupos de la derecha autoritaria francesa, en buena parte católica, aplauden el progreso de las tropas nacionales. Por otro, la izquierda francesa apoya, aunque no por completo, a la República amenazada organizando la acogida de los primeros exiliados. Las primeras grandes iniciativas aparecen progresivamente a partir de diciembre de 1936, cuando la Confederación General del Trabajo (CGT) responde al grito de solidaridad lanzado por la República española, que acaba de

1 Barruso, P. (2001). El frente silencioso: La Guerra Civil española en el Sudoeste de Francia (1936-1940). Hiria.

2 Ponce-Nieto, A.-I. (2019). Religiosas en la emigración, un estudio de caso: Sor Fabiola y el Servicio Social Español en Bruselas. Migraciones & Exilios: Cuadernos de la Asociación para el Estudio de los Exilios y Migraciones Ibéricos Contemporáneos (18); Tur, B. (2014). L’immigration espagnole à Paris dans les années 1960: Discours, représentations et stéréotypes [Tesis doctoral, Université Paris Nanterre]; Fernández Asperilla, A.-I. y Babiano, J. (Eds.). (2010). Gente que se mueve: Cultura política, acción colectiva y emigración española. Fundación 1.o de Mayo-Ediciones GPS; Babiano, J. y Fernández Asperilla, A.-I. (2009). La patria en la maleta: Historia social de la emigración española a Europa. Fundación 1.º de Mayo, Centro de Documentación de las Migraciones-Ediciones GPS; Lillo, N. (2011). El asociacionismo español y los exiliados republicanos en Francia: entre el activismo y la respuesta del Estado franquista (1945-1975). Historia Social (70), 175-191; Sanz Díaz, C. (2005). España y la República Federal de Alemania (1949-1966): Política, economía y emigración, entre la Guerra Fría y la distensión. [Tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid], disponible en https://docta.ucm.es/rest/api/core/bitstreams/d594d457-9938-4de9-8731-88215a9bc75f/content ; Lillo, N. (2004). La Petite Espagne de la Plaine-Saint-Denis: 1900-1980. Éditions Autrement.

3  En este sentido, se trata de explorar unos aspectos de mi tesis doctoral. Véase Gonzalez, A. (2019). Les Réseaux culturels et groupes de pression catholiques de l’immigration espagnole en France (1939-1976) [Tesis doctoral, Université Bordeaux Montaigne].

autorizar las evacuaciones de la población no combatiente hacia los países “amigos”.4 Lejos de constituir la única democracia que se compromete en el esfuerzo de solidaridad transnacional hacia la República española, Francia tiene un interés estratégico por ser una etapa “obligatoria” en el camino hacia Bélgica o Reino Unido, además de ser una puerta oceánica hacia algunos países latinoamericanos como México o Argentina.

Frente a la envergadura de la movilización transnacional a favor de la República española amenazada, los nacionales también se dedican a actividades a través de las cuales impulsan una forma de solidaridad hacia los grupos de españoles instalados en el territorio francés. Básicamente articulada en la doctrina social de la Iglesia católica, esta expresión de solidaridad es, por lo visto, fundamentalmente católica. Al invocar y apoyarse en los valores de la encíclica del papa León XIII Rerum novarum, y sobre todo en la metáfora de la “cruzada contra el comunismo”, los nacionales entran en la batalla de la ayuda humanitaria después de la batalla de Irún, en septiembre de 1936. Para ellos, se trata de controlar el paso de frontera Hendaya/Irún y, así, controlar las actividades de guerrilla planificadas por los grupos republicanos desde el territorio francés y “replicar” a la estratégica republicana de evacuación de las poblaciones no combatientes organizando el regreso de estas poblaciones hacia España.5

Para lograrlo, los nacionales pueden contar con la reanudación de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede y el bando franquista a partir de 1937, además de unos actores institucionales aliados, entre los cuales figuran, por ejemplo, los grupos carlistas refugiados en la región del “Lapurdi” en Ipparalde (País Vasco francés).6 Como ya subrayó Pedro Barruso, el chalet Nacho Enea, propiedad del marqués de Caviedes, se convirtió en centro de coordinación de la propaganda franquista al inicio de la contienda. Además de la vigilancia que ejerce contra los grupos de exiliados refugiados en la zona fronteriza, este chalet sirvió también de misión diplomática al servicio de la zona franquista, antes de ser disuelta al final de la guerra por la concurrencia que existía con la embajada de París.7

Sin negar que queda mucho por escribir respecto a la influencia y el papel de los grupos carlistas afines al régimen franquista en la “guerra de papel” —la expresión es de François Godicheau—8 y de “metáforas” en Francia entre 1936 y 1940, cabe subrayar que en este frente la participación de la red misionera franquista es tan importante como lo fue el papel de la Oficina Nacional carlista. Presentes en el territorio francés desde el fin de la Primera Guerra Mundial, las misiones españolas trabajan directamente en la atención a los trabajadores españoles instalados en el campo o los centros industriales franceses.9 En efecto, el número elevado

4 Keren, C. (2013). Négocier l’aide humanitaire: les évacuations d’enfants espagnols vers la France pendant la guerre civile (1936-1939). Revue d’Histoire de l’Enfance “irrégulière”. Le Temps de l’Histoire (15), 167-183; Keren, C. (2014). L’évacuation et l’accueil des enfants espagnols en France: Cartographie d’une mobilisation transnationale (1936-1940) [Tesis doctoral, École des Hautes Études en Sciences Sociales].

5  Alonso Carballés, J.J. (1998). 1937, los niños vascos evacuados a Francia y Bélgica: Historia y memoria de un éxodo infantil, 1936-1940. Asociación de Niños Evacuados el 37; Keren, C. (2013). Négocier l’aide humanitaire, op. cit.; Keren, C. (2014). L’évacuation et l’accueil des enfants espagnols en France, op. cit.

6 Alonso Carballés, J.J. (1998). 1937, op. cit.

7 Barruso Barés, P. (1999). El dificil regreso: La política del “Nuevo Estado” ante el exilio guipuzcoano en Francia (1936-1939). Sancho el Sabio: Revista de Cultura e Investigación Vasca (11), 101-142.

8 Godicheau, F. (2011). La guerre d’Espagne: De la démocratie à la dictature. Gallimard; Godicheau, F. (2004). La guerre d’Espagne: République et révolution en Catalogne (1936-1939), Odile Jacob.

9 Lillo, N. (2004). La Petite Espagne de la Plaine-Saint-Denis, op. cit.; Lillo, N. (2006). La emigración española a Francia a lo largo del siglo XX: Entre la perfecta integración y el retorno. En: Alted Vigil, A. y Asenjo, A. De la España que emigra a la España que acoge. Fundación Francisco Largo Caballero, 276-288; El Solar Español de Burdeos (Francia): Su origen, su labor, sus frutos y esperanzas. Testimonios favorables. Tipografía Católica de Alberto Fontana, 1927.

de víctimas y la movilización masiva de hombres y de capitales en el marco del esfuerzo de guerra animan a buscar una mano de obra barata. Impulsadas por órdenes misioneras o laicas, estas misiones católicas españolas son protagonistas del catolicismo social al inicio del siglo XX.

Por volver a nuestro tema, esta expresión de “solidaridad nacional” pensada como española y católica fue mirada por los nacionales, y más tarde por el régimen franquista, como una herramienta al servicio de su propaganda en Francia. Dicho de otro modo, si al principio de la Guerra Civil las misiones católicas españolas atienden lógicamente a los grupos de poblaciones españolas no combatientes, su posición conservadora las anima a apoyar al bando nacional.10 Es así como, a partir de 1939, el régimen franquista se apodera de los discursos y de las prácticas de las misiones católicas españolas en Francia de un modo casi análogo a lo que ocurrió en la zona peninsular: partiendo de la reunificación de la Iglesia católica y de Falange en una misma esfera de acción político-religiosa.11 Para lograrlo, el régimen moviliza la institución social emblemática de la dictadura, el Auxilio Social.

Fundado durante el invierno de 1936 sobre el modelo de los Winterhilfe de la Alemania nazi, por Mercedes Sanz Bachiller y Pilar Primo de Rivera, el Auxilio Social pretende atender a la población civil en las zonas controladas por los nacionales.12 Sin detenernos en sus actividades precisas contra las mujeres de la zona republicana, de las que ya trataron autoras como Ángela Cenarro y Mercedes Yusta, por ejemplo, podemos sin embargo afirmar que el Auxilio Social desempeña un papel clave en la puesta en marcha de un dispositivo de control social y político cuya meta es vigilar las actividades de los grupos exiliados y su propaganda en suelo francés.

En efecto, como subraya la carta de José del Castaño, que dirige entonces, en 1937, la Delegación Nacional del Servicio Exterior de Falange, a Eduardo Aunós, entonces jefe de Falange en Francia, queda claro que el régimen franquista quiere intervenir en las actividades de las Misiones Católicas Españolas en nombre del ejercicio de su derecho de tutela en el ejercicio de la caridad:

Por otra parte habiendo ya llegado a un acuerdo con ella [Mercedes Sanz Bachiller, jefa de la delegación nacional de Auxilio Social] acerca del auxilio social en el extranjero, vamos a crear dentro de esta delegación nacional de servicio exterior un departamento de auxilio social que controlará por completo cuantas actividades se desarrollen en el extranjero bajo esta denominación.13

Básicamente, esta intervención en las actividades de misiones católicas españolas del Solar español de Burdeos, o las de la Misión Católica Española de París durante la Guerra Civil, consistía en reforzar la oferta cultural de estos centros españoles en Francia. Además de las bibliotecas, de las clases de lengua o de artes impartidas por el personal religioso a los emigrados en ambas instituciones, la Delegación Nacional del Servicio Exterior de Falange (DNSEF) en Francia orienta su acción al apoyo de actividades más recreativas, dirigidas más en particular a la juventud:

10 Delgado Gómez-Escalonilla, L. (1992). Imperio de papel: Acción cultural y política exterior durante el primer franquismo. Consejo Superior de Investigaciones Científicas; Milza, P. et al. (Eds.). (1994). Exils et migration: Italiens et espagnols en France, 1938-1946 . L’Harmattan.

11 Delgado Gómez-Escalonilla, L. (1992). Imperio de papel… Op. cit.; Milza, P. et al. (Eds.). Exils et migration… Op. cit.

12 Cenarro Lagunas, Á. (2005). La sonrisa de Falange: Auxilio Social en la guerra civil y en la posguerra. Crítica.

13 Archivo General de la Administración (AGA), Fondo 17.12 SGM, Carta de José Del Castaño Cardona, jefe de la DNSEF a Eduardo Aunos, Chef du service extérieur de Falange en France, 1938.

El 9 de Junio [sic] 1940, tuvo lugar la primera comunión del grupo de niños que no la habían hecho entre los que tenían la edad conveniente y asiste Auxilio Social. Con esta ocasión pasarán los niños un día al aire libre y costeo Auxilio Social a los comulgantes y a todos sus compañeritos, desayuno, comida y merienda para las cuales destinó la cantidad de mil francos. Huelga decir la animación que reino [sic] en este día de fraternidad infantil y que se traduce en las fotografías, bajo el signo del yugo y de las flechas.14

Al dirigirse de forma casi exclusiva a la juventud española bordelesa o parisina, este nuevo tipo de actividades —como el teatro o las sesiones de cine, por ejemplo— tiene como objetivo suscitar la adhesión de la juventud española emigrada a los valores promovidos por la dictadura. Fue con la misma finalidad que el régimen favoreció el desarrollo de las actividades al aire libre a través del apoyo a la creación de centros de vacaciones, como el de Toulennes, ubicado a unos ochenta kilómetros de Burdeos, o el castillo de La Valette, ubicado a unos cientos de kilómetros de Paris, que copian el modelo de los Frentes de Juventudes franquistas, una de las organizaciones de juventudes más emblemáticas de la dictadura.

A fin de cuentas, al adueñarse con los discursos y actividades de las instituciones religiosas españolas en Francia y al desarrollar unas actividades que presenta como productos de reclamo dirigidos a la juventud, podemos decir que, a partir de la Guerra Civil, el régimen franquista plantea la fundación de su diplomacia paralela en Francia; una diplomacia basada en la caridad como expresión de una solidaridad nacional y católica que en el contexto de la Tercera República francesa agonizante puede contar con el eco que le ofrece la derecha autoritaria francesa.

2. El papel de “las pequeñas Españas” en el reconocimiento internacional de la España franquista

En este punto de la exposición, tenemos que recordar algo fundamental para entender el papel de las misiones católicas españolas en la rehabilitación del régimen franquista en Francia, y más en general en el nuevo contexto internacional de Guerra Fría. Se trata de la situación y de la actividad de la red consular y misionera española durante la ocupación de Francia por la Alemania nazi. Al contrario de lo que el final de la Guerra Civil y la “debacle” de 1940 del Ejército francés frente al Ejército nazi dejaban entrever para la red misionera y consular en el Hexágono, la propaganda franquista no tuvo un terreno de expresión tan favorable como hubiera podido esperar.

Podríamos comparar la situación de la red de propaganda del régimen franquista entre 1940 y 1945 con el proceso que hemos descrito en el apartado anterior. En efecto, si entre 1936 y 1940 los nacionales consideran que las misiones españolas están sometidas a sus objetivos políticos, a la red de propaganda y de solidaridad nacional franquista le toca someterse a las redes nazis en Francia. Sin entrar en detalles en este tema por falta de tiempo, bastaría con mencionar el papel de la red franquista en el apoyo a las actividades de represión de la Gestapo contra los grupos comunistas en la región de Burdeos.15

14 AGA-SGM/15, Fondo 17.12, Sección 9, Servicio Exterior, Secretaría General del Movimiento, Legajo Francia, informe anónimo redactado entre el fin del año 1940 y comienzos de 1941.

15 Miranda, J. (2011). Le rôle des républicains espagnols dans la Résistance à Bordeaux [Memoria de master, Université Bordeaux 3], http://bibliotheque.bordeaux.fr/in/details.xhtml?id=mgroup%3Ap+unimarcbu_1330712 .

Así pues, tras este periodo de meter en cintura, de simpatía con los fascismos ya vencidos por los aliados, se abre un periodo de silencio relativo para la red franquista en Francia. Sentada en la mesa de los vencedores, la Francia de posguerra no puede, sin embargo, mostrar la misma postura que Estados Unidos, Gran Bretaña o la URSS.

Ahí donde los antiguos aliados se dividen en la opción norteamericana o la soviética, Francia tiene que coexistir con un vecino inoportuno cuya red es implantada en todo el país. Aunque se oculten en un catolicismo ostentoso, las instituciones franquistas en Francia no tienen la simpatía de la opinión pública francesa, y más particularmente la simpatía de los grupos de españoles instalados en las diferentes partes del Hexágono por ser rotundamente hostiles al régimen franquista.16 En este sentido, cabe recordar que los grupos de exiliados republicanos veían el restablecimiento de la democracia en Francia con la perspectiva de derribar lo que consideraban como el último fascismo europeo. Fue así como el Gouvernement Provisoire de la République Française (GPRF), presidido por Georges Bidault, intentó al principio convencer a los Aliados de la necesidad de mantener al régimen franquista en un aislamiento internacional. No obstante, como ya subrayó David A. Messenger, el realismo político angloestadounidense logró imponerse al compás de las diferentes sesiones de la ONU sobre la “cuestión española”. Al cabo de dos años, en 1947, derrocar a Franco ya no era una necesidad absoluta, ni para los británicos ni para los norteamericanos. Era todo lo contrario, una ventaja estratégica.17

A partir de 1946, el Gobierno francés no tiene otra opción que reconsiderar su actitud frente al régimen franquista. El temor al aislamiento geoestratégico en la Europa de la Guerra Fría, y las necesidades de reconstrucción económica del país, lo animan a matizar su relación con España e iniciar el proceso de normalización de las relaciones hispanofrancesas a partir de 1951. Debido en buena parte a los esfuerzos de los grupos de presión parlamentarios e industriales, este proceso de normalización de las relaciones entre la República francesa y el régimen franquista constituye una parte del trasfondo en que la red consular y las instituciones católicas españolas mantienen sus actividades de propaganda. La otra parte de este trasfondo radica en el cambio de imagen que la Iglesia católica tuvo que hacer debido a la evolución de la geopolítica posbélica. Por ser rotundamente anticomunista, el Vaticano se afirma como un aliado del Oeste.

En este sentido, la americanización de la Curia y la fuerte demanda de solidaridad por parte de la opinión católica internacional frente a los importantes movimientos de población permiten a la Santa Sede ser uno de los pocos estados capaces de responder a lo que es una crisis migratoria vinculada a los desplazamientos de la inmediata posguerra mundial. De este modo, este giro voluntarista de la Santa Sede es para la Conferencia de Metropolitanos Españoles una auténtica garantía ideológica, cultural y política. Todo esto viene a legitimar la expresión de una solidaridad institucional y católica dirigida a los españoles que residen fuera de su país, como subraya el texto fundacional de la comisión Hispanica Gens. Esta comisión parte de la iniciativa del arzobispo de Tarragona y fue creada en 1947 con el objetivo de atender a los grupos de españoles que viven en el extranjero, como podemos leer en la copia hallada en el archivo de la misión española de Paris:

16 Dulphy, A. (2002). La politique de la France à l’égard de l’Espagne de 1945 à 1955: Entre idéologie et réalisme. Direction des Archives et de la Documentation, Ministère des Affaires Étrangères; Dulphy, A. (2000). La politique espagnole de la France (1945-1955). Vingtième Siècle. Revue d’Histoire (68:1), 29-42.

17 Messenger, D.A. (2008). L’Espagne républicaine: French Policy and Spanish Republicanism in Liberated France, Liverpool University Press; Baby, S. (2024). Juger Franco?: Impunité, réconciliation, mémoire. La Découverte.

Artículo 1.° - Con el nombre de HISPANICA GENS se crea una institución, dependiente directa y exclusivamente de la Junta de Excmos. y Revendmos. Metropolitanos Españoles / Artículo 2.° - Son sus fines: / 1.° - Prestar o cuidar de la asistencia espiritual a los españoles residentes en el Extranjero, cualquiera que sea el país del mundo en el que el número de los mismos o las circunstancias lo aconsejan, de acuerdo con la respectiva Jerarquía Eclesiástica. / 2.° - Prestar la asistencia material que, por ser testimonio de la Caridad de nuestra Sacrosanta Religión, pueda contribuir a la mayor eficacia de la primera “Hispanica Gens”.18

En este artículo, la jerarquía católica española justifica una nueva señal de confianza en las actividades de las instituciones misioneras españolas en el extranjero. Por lo tanto, afirma que la red misionera en Francia queda como el principal auxiliar del régimen franquista en el país galo, como subraya la visita pastoral del abad Francisco Ferris en 1949.

Enviado por la Conferencia Española de Metropolitanos (CEM) durante un mes, entre el 4 de marzo y el 1 de abril 1949, este escolapio oriundo de la provincia de Castellón es una figura del catolicismo social español que a finales de los años cuarenta es todavía el director del Instituto Social del Arzobispado de Valencia. Tiene una misión: fortalecer las relaciones interepiscopales hispanofrancesas. Es así como, durante su estancia en Francia, el representante de la CEM entabla diálogo con una de las dos instituciones eclesiásticas francesas dedicadas al tema de los migrantes: la Direction Nationale des Oeuvres Catholiques pour l’Emigration et l’Immigration, presidida por el canónigo Jean Rupp, obispo auxiliar de París. Gracias a las relaciones que mantiene con el director de las Oeuvres Catholiques pour l’Emigration et l’Immigration, S. E. Ferris puede simpatizar con las diferentes autoridades diocesanas francesas, como las del suroeste, donde las tensiones entre pro y antifranquistas no se debilitan en absoluto, según las palabras del arzobispo de Burdeos, S. E. Maurice Feltin. En una carta con fecha de abril de 1949, este escribe a Jean Rupp:

Pero queda la dificultad de que los Españoles instalados en Burdeos, son de tendencias políticas muy opuestas entre sí y con algo de irreductible: lo que no facilita el trabajo de evangelización.19

De esta forma, para el representante de la CEM, se trata de cumplir con todos los requisitos para la institucionalización de una red misionera que sea capaz de amparar a todos los españoles que se pueda. Todo esto debe hacerse sin despertar la menor sospecha de la sociedad francesa, todavía hostil hacia los representantes del régimen franquista y galvanizada por los valores de la Resistencia. Por lo tanto, se puede afirmar que esto viene a explicar la conformidad tanto de las instituciones religiosas como del personal religioso a las recomendaciones de la Iglesia francesa, ya que les permite actuar con total discreción, como subraya el informe sobre la visita pastoral de Ferris:

La tarea prospectiva de SE Ferris y SE Rupp ya se acabó. SS.EE los obispos de todas las diócesis visitadas, sin ninguna excepción, manifestaron el ardiente deseo de recibir una ayuda sacerdotal adecuada para trabajar con los inmigrados españoles. Todos expresaron el deseo que este apostolado no debe llamar la atención y que no se presente con algo de política. La solución que consiste en enviar religiosos

18 “Hispanica Gens”, 1-2, Dossier Espagne, série 9K2/7 Espagnols et Portugais, AHDP.

19 AHDP, serie 9K2/7 Espagnols et Portugais. Carpeta Mission Ferris.

que se alojarán con sus hermanos franceses en monasterios de su orden, pareció la mejor opción en todas partes. Solo falta encontrar a los religiosos, hacerles entrar en el territorio francés, formarlos y coordinar sus acciones. Para la tercera de estas tareas, el Señor Ferris necesitará el firme apoyo de la autoridad eclesiástica. Solo la Santa Sede tendrá la autoridad suficiente y esto será bastante eficaz para obtener de los provinciales españoles las designaciones necesarias para el apostolado de los Españoles en Francia.20

Redactado por los obispos cuya diócesis visitó S. E. Ferris, este informe coincide con las recomendaciones del propio abad. Por consiguiente, podemos deducir que entre finales de los años cuarenta y comienzos de la década siguiente, las obras católicas españolas van siguiendo otros objetivos culturales. Estos “nuevos” objetivos culturales marcan la progresiva pérdida de influencia de Falange exterior y, aún más, el progresivo cambio de imagen de un régimen que quiere hacer olvidar sus simpatías profascistas de la Segunda Guerra Mundial.

3. El asociacionismo español y la red misionera: ¿un terreno de disputa para el control político de las actividades “populares” en Francia?

Como se ha intentado demostrar anteriormente, el discreto cambio de imagen de la red institucional apoyada por el régimen, que a partir de comienzos de los años cincuenta exhibe un catolicismo ostentoso, se produce en un contexto internacional en el que franquistas y antifranquistas cambian de etiqueta. A inicios de los cincuenta, y sobre todo en 1956, la oposición entre grupos prorrégimen y antifranquistas va sustituyéndose a las etiquetas políticas de la Guerra Civil. Esta sustitución se debe tanto a la evolución política en la península como a la evolución del perfil de los grupos españoles en la Francia del consumo de masas.

En efecto, la progresiva emergencia de las oposiciones visibles en España, junto con la auténtica cura de austeridad económica a raíz de la puesta en marcha del Plan de Estabilización de junio de 1959, favorecen la llegada de grupos de migrantes que tienen un perfil diferente al de los grupos de exiliados de 1939. Entre 1956 y 1960, cruzar los Pirineos ya no es exclusivo del exilio republicano, sino que concierne también a individuos que no conocieron la Guerra Civil y que crecieron bajo el régimen franquista. Entonces, a diferencia de los grupos de exiliados de 1939, la presencia de estos inmigrantes no depende forzosamente de la represión política y sindical stricto sensu, como recuerda un testimonio a nuestra disposición.

Llegué a Burdeos con mis padres desde Fuenteguinaldo [en la comarca de Salamanca en 1954-1955]. Mi padre se fue el primero porque beneficia de un contrato de trabajo concluido en Francia y España. Luego nos instalamos en Bègles.21

Este testigo, que llamaremos J. S., llegó con sus padres a mediados de los años cincuenta. Por consiguiente, pertenece a grupos de españoles cuya presencia se explica por la necesidad de mejorar sus condiciones de vida cotidiana. De esta forma, J. S. y su familia forman parte de esos inmigrantes que al llegar a Francia no se reconocen en las prácticas y los discursos militantes de las organizaciones antifranquistas vinculadas con la izquierda tradicional. Estos inmigrantes, entre los cuales algunos prefieren acercarse a las instituciones religiosas españolas apoyadas por

20 Ibid.

21  Entrevista realizada en Bègles (Gironde) el 27-10-2013.

el régimen, son considerados “inmigrantes económicos”, no solo por los grupos de exiliados sino también por buena parte de la historia económica de los años noventa.

En efecto, tenemos que recordar que en los años sesenta la Iglesia católica es un auténtico auxiliar de la política migratoria franquista, como subraya la Ley de Ordenación de la Emigración de diciembre de 1960:

El Estado facilitará, entre otras ayudas posibles y en la forma que reglamentariamente se determine, la reincorporación a la vida laboral de los emigrantes a que se refieren los dos artículos anteriores, la realización de cursos de readaptación y formación profesional, y reconocerá el derecho a prestaciones de Seguridad Social. Asimismo, y para estos fines, se establecerán programas de colaboración con la Organización Sindical e Instituciones de asistencia social y se fomentarán los convenientes estímulos en el sector privado.22

Este fragmento del capítulo segundo, titulado “Régimen de emigración”, define tanto el papel de la administración franquista como el de la Iglesia católica. En realidad, detrás de estas palabras se esconde algo más que la asistencia al emigrante. Se trata de poner en marcha la sistematización de un control moral justificado en el derecho. Para el régimen franquista, un emigrante español no puede ser identificado como tal por una plena adhesión a los valores con los que creció, es decir, los valores de la dictadura. Por lo tanto, además de la asistencia material a los inmigrantes, las misiones católicas españolas se preocupan del desarraigo cultural de estos, como explica otro testimonio:

Entonces íbamos al Solar. Fuimos allí por mucho tiempo porque también íbamos al teatro, al cine. Había un edificio grande. Pues había la película de Joselito: era un chavalito que canta…, la imagen es simple…, la historia está muy maquillada. El cine estaba de moda, era una cultura compartida por todos los españoles. Y en el Solar había baile todos los domingos, había relaciones sociales en las pequeñas comidas y también estaba la Semana Santa, en la que fuimos, con muchos otros nazarenos, para la procesión del Viernes Santo.23

Entre finales de los años cincuenta y el principio de 1970, la red consular y misionera apoya efectivamente el desarrollo de actividades populares. Frente a las organizaciones antifranquistas, para las que la integración de sus compatriotas inmigrados era una oportunidad para seguir la lucha contra el régimen, este convierte su discurso y las actividades que apoya en un imperativo hacia los grupos españoles instalados en Francia. Ya no basta mantener el vínculo con las familias que se quedaron en España, sino que todas las actividades que sean de asistencia social o recreativas tienen que insistir en la experiencia migratoria como experiencia temporal. Esto se traduce, una vez más, en la voluntad de control político por parte de la dictadura hacia la inmigración española en Francia.

Al entrar en el detalle de estas actividades populares, como los bailes tradicionales, el teatro o las comidas, queda claro que el régimen las consideró uno de sus espacios de afirmación política y cultural; afirmación política con la cual el régimen se opone al mito/imperativo francés de integración de los inmigrantes en la sociedad a través de sus múltiples espacios de demo

22 BOE, n.° 175, 23-7-1971, 12083-12089.

23  Entrevista con G. B., 21-5-2013, Burdeos.

cratización (los sindicatos, las asociaciones y la escuela republicana). Así pues, estas actividades culturales son también espacios de afirmación cultural con que el régimen amplía su espacio de legitimación cultural, presentándose como depositario de la cultura española incluso en Francia.24 Entre todos aquellos productos culturales cuyo objetivo es mantener a los grupos de españoles en la esfera de influencia del régimen, el desarrollo de escuelas españolas en Francia es, sin duda, la mayor ilustración de la evolución de las relaciones entre la red consular y la red misionera. Estas escuelas españolas en Francia se desarrollaron como un servicio de la misión con el fin de atender a la juventud. Al principio se trata de clases de lengua, arte o historia españoles impartidas por el personal religioso de las misiones. Sin embargo, esto cambia con la política de “emigración asistida”, impulsada a través del Instituto Español de Emigración desde 1956, y la multiplicación de las leyes migratorias que traducen la débil respuesta del régimen en el objetivo de atención al migrante. En el contexto de crisis del desarrollismo, la Ley de Emigración del 3 de mayo de 1971 insiste en el apoyo al retorno a España.25

En este sentido, y con el fin de conservar el monopolio del control social y político en las actividades de los grupos de españoles instalados en Francia, la red consular multiplica las iniciativas hacia los inmigrantes y sus familias. La publicación de la revista Carta de España en enero de 1971, la convocatoria de becas académicas o la apertura de nuevos centros de vacaciones constituyen actividades que permiten al régimen alimentar el mito del retorno.26

Sin embargo, a partir de 1968 emergen nuevos tipos dentro de las instituciones religiosas. Mientras la Iglesia católica española está profundamente dividida, desde la recepción de las primeras reformas conciliares (1962, 1963), entre un sector progresista y otro prorrégimen, algunos miembros del personal religioso y algunas familias de inmigrantes impulsan la creación de nuevas asociaciones. Estas, como la FAEEF o la APFEEF, tienen que responder a las dificultades a las que se enfrenta la juventud inmigrada. Más allá de la inserción laboral de los jóvenes trabajadores inmigrantes, también defendida por la JOC, el otro gran problema de la juventud española inmigrante es la educación. Es en este contexto cuando emergen nuevos tipos de grupos dentro de las instituciones religiosas.

En representación de todos los padres españoles reunidos en nuestro “I Encuentro” el 4 de mayo pasado, tenemos el honor de restituirle el acta de la reunión, que acompaña, con la lista de problemas que hemos constatado en la educación de nuestros hijos, y las soluciones que creemos necesarias. Esperamos de V.I que dedique la atención debida a los graves problemas que tiene planteados la familia emigrante y el incierto porvenir de nuestros hijos. Y le rogamos que dé las normas e instrucciones necesarias para que se apliquen las soluciones pertinentes.27

Como ilustra esta nota de los representantes de la APFEEF al director general del IEE con fecha del 11 de mayo de 1975, ya no se trata solo de mejorar las condiciones de vida cotidianas, sino

24 Sobre este aspecto nos referimos a la perspectiva desarrollada por Claudio Hernández-Burgos y César Rina-Simón. Véase Hernández Burgos, C. y Rina Simón, C. (2022). El franquismo se fue de fiesta: Ritos festivos y cultura popular durante la dictadura. Universitat de València.

25 Calvo Salgado, L.M. et al. (Eds.). (2009). Historia del Instituto Español de Emigración: La política migratoria exterior de España y el IEE del franquismo a la transición. Ministerio de Trabajo e Inmigración, disponible en https://www.zora.uzh.ch/id/eprint/34786/ .

26 Ibid.; Fernández Asperilla, A.-I. y Babiano, J. (Eds.). (2010). Gente que se mueve… Op. cit.; Babiano, J. y Fernández Asperilla, A.-I. (2009). La patria en la maleta… Op. cit.

27 Centro de Documentación de las Migraciones (Madrid), Fondo APFEEF, Carpeta 0034/02, Nota de los representanes del APFEEF dirigida a Jorge Jordana Pozas, Director General del IEE, con fecha de 11 de mayo de 1975.

también de ofrecer a los hijos el acceso al sistema educativo francés sin renunciar a su cultura de origen. Frente a instituciones de tutela que cierran completamente el diálogo entre los emigrantes y el régimen franquista, estas “nuevas asociaciones” formulan también exigencias de participación democrática. Entonces, tanto la FAEEF como la APFEEF van convirtiéndose en auténticas plataformas de reivindicaciones en las que los inmigrantes y sus familias critican abiertamente la respuesta del régimen franquista. Se trata de una respuesta llena de contradicción porque, por un lado, el régimen pretende atender las necesidades de los inmigrados y su familia, y, por otro, todas las acciones de la red consular, cuando no empobrecen a las misiones católicas, intentan mantener un control político y cultural sobre ellas, como subraya esta carta:

El Sr. Director General de Emigración de Asuntos Exteriores hace tiempo que deseaba conversar con nosotros sobre el tema de los emigrantes españoles de París. Ayer mismo me recibió y me manifestó confidencialmente algunas de sus impresiones sobre el trabajo de nuestros padres de Rue de la Pompe y de Saint-Denis.

Me dijo que el Ministerio de Asuntos Exteriores de España está a punto de comenzar en el barrio de Saint-Denis de París una gran obra de tipo asistencial. Esta obra —me dijo— la toma el Ministerio como suya visto que los Padres Claretianos han desaprovechado las grandes oportunidades que tenían en París para haberla podido llevar a cabo ellos mismos. Si estos padres se hubiesen decidido a llevar a efecto algo serio y constante, el estado español les habría dado todo su apoyo económico. […].

Me manifestó que no es intención del Ministerio el retirar la ayuda económica que hasta ahora venía dando a la Misión española ya que a pesar de todo, dicha misión es una realidad y que está dispuesto a aumentar considerablemente dicha ayuda si nosotros nos decidimos a potenciar esa obra religiosa y social.28

Escrita por el Rvdo. Padre Luis Gutiérrez, provincial de Castilla, al Rvdo. Padre Leghiesa, gestionario de los claretianos, se trata de una carta explícita. Frente a lo que interpreta como una reticencia por parte de algunos miembros de la congregación claretiana, el régimen franquista utiliza la amenaza como respuesta. En efecto, al principio de los años setenta, la vigilancia del régimen ya no solo se ejerce contra los grupos de inmigrantes, sino también hacia algunos miembros del personal religioso de las misiones católicas españolas en Francia.

4. Conclusión

A modo de conclusión, queda claro que las actividades de las misiones católicas españolas en Francia entre 1939 y 1976 son objeto de interpretaciones diplomáticas y políticas. Diplomáticas porque, como hemos visto, permiten la progresiva rehabilitación del régimen franquista en un contexto internacional en el que, si quiere sobrevivir, el régimen no tiene otra opción que cambiar de imagen.

En este sentido, sus relaciones con el episcopado francés entre la segunda mitad de los años cuarenta y la década siguiente le permiten hacer olvidar progresivamente la etiqueta de profascista, que en la posguerra genera mucha hostilidad por parte de una sociedad francesa galva

28 Archivo General Claretiano, Cordis Mariæ Filius (CMF), Roma, Fondo de la Casa de París, Serie F-T- 2, Carta del Provincial de Castilla al Superior General con fecha del 21 de noviembre de 1968.

nizada por la larga resistencia al ocupante nazi. Es así como, a partir de este momento, tanto la red consular franquista como la red misionera española en Francia articulan sus existencias en el desarrollo de actividades populares católicas y políticamente neutrales. Como hemos visto, se trata de actividades que funcionan como señales de identificación nacional que contribuyen a forjar la imagen de estas misiones como una multitud de “pequeñas Españas” sobre todo para la sociedad francesa.

La plena integración de la red misionera española en Francia al dispositivo de la política migratoria, impulsada por el régimen a partir de 1956, significa para esta última el fin de su acción “discreta”. Entonces, puede cumplir a plena luz el papel de auxilio del régimen en el control político y cultural de una nueva generación de inmigrantes que, a diferencia de los exiliados, no conocieron la Guerra Civil. Para lograrlo, el régimen franquista apoya no solo el desarrollo de actividades entendidas como “populares”, sino también el de actividades escolares dirigidas a los hijos de los inmigrantes.

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Fecha de recepción: 27/04/2024

Fecha de aceptación: 28/10/2024

ISSN: 1889-1152. DOI: 10.1344/segleXX2024.17.8

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Aubin Gonzalez, Univ. Bordeaux Montaigne, CEMMC, UR 2958, France. Profesor titular de Historia Contemporánea en la Universidad Bordeaux Montaigne desde septiembre de 2020 y miembro del Centre d’Etudes des Mondes Moderne et Contemporain (CEMMC). Sus trabajos se centran en el estudio de las solidaridades de culturas católicas (Francia y Europa) durante la guerra civil y la dictadura franquista.

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ISSN: 1889-1152. DOI: 10.1344/segleXX2024.17.8

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