Revista catalana d’història 17 (2024), 300-302
Claudio Hernández Burgos, Gloria Román Ruiz (eds.), La tierra prometida. Historia y memoria de la colonización franquista en la provincia de Granada, Editorial Comares, Granada, 2023, 155 pp.
La tierra prometida es un libro que, desde distintos enfoques —la historiografía, la política agraria, de vivienda, la arquitectura, el contexto socioeconómico o la memoria— se acerca al proyecto de colonización franquista en la provincia de Granada. Esta multitud de primas permite analizar cuáles fueron los éxitos y fracasos de la colonización, echando a un lado el velo propagandístico que usó el régimen y colocando en primer plano a quienes habitaron estos pueblos de colonización.
En el primero de los capítulos, Teresa María Ortega López realiza una amplia panorámica historiográfica sobre la colonización franquista. Entendida esta como uno de los procesos agrarios más importantes de la España del siglo XX, el desarrollo de trabajos abordando el tema desde distintas disciplinas ha sido constante. No obstante, la autora divide en tres etapas la evolución historiográfica de la colonización franquista. En un primer lugar, los estudios elaborados durante la dictadura por el personal técnico del propio Instituto Nacional de Colonización (INC): ingenieros agrónomos, arquitectos, economistas. Estas personalidades fueron quienes organizaron la colonización, presentándola como un impulso al mundo agrario y como una manera de superar la reforma agraria republicana: se aumentarían las tierras cultivables y la producción agraria, a la vez que se otorgaba empleo al campesinado pobre. En una segunda etapa, durante los años del tardofranquismo y la transición, la historia social renovó los estudios sobre la colonización. Desde la perspectiva histórica y socioeconómica, nuevos investigadores desde diferentes áreas, comprendieron la colonización como un proceso de contrarrevolución agraria en el que lo que se pretendía era una vuelta a las relaciones de producción anteriores al periodo republicano. Por último, desde finales del pasado siglo, la colonización se ha estudiado desde el punto de vista local y regional, otorgando protagonismo a los colonos y a los discursos del franquismo sobre la cuestión rural, pero obviaban la “dimensión social de la colonización”, que han abordado trabajos recientes dedicados por ejemplo al proceso de creación de nuevos poblados o el control social que propició la política de entrega de tierras. Teresa Ortega deja la puerta abierta a nuevas e interesantes líneas de investigación sobre la colonización a partir de los estudios de género o de la memoria.
En el segundo capítulo, Miguel Ángel del Arco Blanco hace un recorrido por la colonización del franquismo como una de sus políticas agrarias más importantes. Estuvo inspirada en los propios proyectos españoles anteriores y la política de Mussolini en Italia en el campo y consistió en una reforma técnica de la agricultura que venía a tranquilizar a los propietarios que tenían reciente la reforma republicana. Esta fue la causa por la que la colonización fracasó durante los años cuarenta, ya que el Nuevo Estado rehusó la intervención y a esta empresa tan solo se dedicaron las tierras marginales y poco rentables que los propietarios voluntariamente aceptaron vender. La liberalización económica y los deseos de modernización agraria impulsaron la colonización durante los años cincuenta y sesenta, época en la que se edificaron la mayoría de los pueblos de colonización y donde el régimen estableció un control social e implantó su modelo familiar y moral. En definitiva, la colonización franquista no solucionó el problema del campo español, sino que, por el contrario, benefició a los grandes y medianos propietarios al ser esta una política agraria técnica, basada principalmente en la extensión del regadío.
Claudio Hernández Burgos aborda en el tercer capítulo el contexto socioeconómico, político y cultural de la provincia de Granada durante el franquismo, atendiendo a que este fue el marco en el que se desarrollaron los proyectos de colonización. El autor, a partir de una abundante información archivística, destaca que, a pesar de los años del desarrollismo franquista y la propaganda del régimen, el mundo rural granadino se caracterizó por un notable atraso: alimentación inadecuada, escasez de viviendas y condiciones higiénico-sanitarias pésimas. A ello se unía el desempleo estructural del campo que obligó a la emigración a buena parte de la población rural de Granada ante la falta de expectativas. Incluso en el orden cultural y político se podía atisbar este atraso, pues existía un gran porcentaje de analfabetismo y una desmovilización social debido al temor que había dejado la guerra y la posguerra en la mentalidad de las gentes del campo.
El cuarto de los capítulos, a cargo de Juan Manuel Barrios Rozúa, se ocupa de la arquitectura religiosa del franquismo, centrándose en los pueblos de colonización de Granada. A tal respecto, el autor hace un recorrido sobre la evolución arquitectónica religiosa del franquismo sobre la que podemos atisbar tanto el contexto socioeconómico —la escasez de recursos para la construcción durante la posguerra, por ejemplo— como los ideales del régimen. En este sentido, las iglesias de colonización de la provincia de Granada estuvieron marcadas, en el primer franquismo, por la ausencia de innovación y la austeridad, y hubo que esperar al desarrollismo para la modernización de las formas y métodos de construcción. Sobre esta base, el autor concluye con la constatación del fracaso de la arquitectura religiosa del franquismo tanto en el país como en la provincia granadina debido a factores como la poca relevancia de los arquitectos o el escaso presupuesto, que hace que en la actualidad estos templos estén cerrados o sean innecesarios.
Por su parte, Laura Cabezas Vega dedica el quinto capítulo al estudio de la vivienda en los pueblos de colonización de Granada. La historiografía del franquismo ya ha constatado la importancia que el régimen le otorgó a la política de vivienda y el proyecto colonizador, en este sentido, fue crucial. La idea era la creación de una sociedad rural moldeada según los criterios sociales, económicos y morales del franquismo. Para la autora la vivienda fue el pilar del citado proyecto, pues las familias que las habitaban habrían de funcionar como la célula básica de organización social, próximas a las tierras de cultivo. Así, el proyecto de colonización no solo vendría a solucionar el problema del agro español con la entrega de viviendas y parcelas —lo que sirvió a la vez de propaganda— sino que solucionaría el hacinamiento y la “convivencia promiscua” de las familias en las viviendas. Laura Cabezas usa el ejemplo de Láchar, un pueblo que existía y que fue ampliado por la colonización, para comprobar las diferencias arquitectónicas existentes entre “lo nuevo y lo viejo”, demostrando las tipologías de viviendas construidas que correspondían con distintas categorías sociales: colonos, jornaleros, comerciantes y profesiones liberales. Asimismo, la autora se ocupa de la experiencia de habitar dichas viviendas, pues supuso una transformación del modo de vida de las familias, aunque precisamente esto promovió el control social del régimen sobre unos colonos que habían de estar supeditados a las órdenes del INC.
Por último, a partir de entrevistas orales a colonos de los pueblos granadinos de Láchar y Peñuelas, Gloria Román Ruiz desgrana la memoria popular de la colonización, atendiendo a sus actitudes sociales. Así, este capítulo demuestra la existencia de una gran variedad de experiencias y posiciones respecto a la vida cotidiana en los pueblos de colonización. La autora se ocupa de temas complejos como, en primer lugar, el de la selección de colonos que se beneficiaron de los lotes —un reparto que para muchos fue injusto, discriminando a los vencidos en la contienda civil— que atendían a distintos tamaños y calidades. También recorre la propia valoración que los colonos hacen de este proyecto del franquismo, sacando a relucir las luces y sombras que guarda la memoria popular. Los colonos mejoraron materialmente, especialmente con las nuevas viviendas, pero también se sintieron fascinados por las nuevas edificaciones y por los puestos de trabajo que generó la creación de los pueblos de colonización. No obstante, la memoria de los colonos también alude a que este reparto de lotes no fue gratis —pues tuvieron que pagar una renta anual—, que en ocasiones estas tierras apenas producían lo suficiente para subsistir y quienes lograron prosperar recuerdan que lo hicieron debido a su esfuerzo o que las viviendas estaban construidas con materiales de poca calidad.
En definitiva, La tierra prometida es un libro que, desde un enfoque multidisciplinar y a partir de una gran cantidad de fuentes, esboza cómo se desarrolló el proyecto de colonización franquista en la provincia de Granada, destacando el papel de los colonos, sus experiencias y el contexto social, económico, agrícola y arquitectónico en el que vivieron.
Gregorio Santiago Díaz
Universidad de Granada (España)
ISSN: 1889-1152. DOI: 10.1344/segleXX2024.17.15
Revista catalana d’història 17 (2024), 300-302
ISSN: 1889-1152. DOI: 10.1344/segleXX2024.17.15
Revista catalana d’història 17 (2024), 300-302
ISSN: 1889-1152. DOI: 10.1344/segleXX2024.17.15