«La historia de la edición ante sus desafíos» Reseña de La historia de la edición ante sus desafíos, de Fernando Larraz, Josep Mengual y Mireia Sopena (eds.)

Laburpena

Pliegos alzados. La historia de la edición, a debate pretende llenar un hueco significativo, insuficientemente tratado hasta el momento, en la investigación aún escasa relacionada con la historia de la edición, concretamente la que atiende al contexto iberoamericano y, todavía más, español: el abordaje multidisciplinar, esto es, la inclusión de enfoques diversos y no jerarquizados sobre el objeto de estudio. Ello con el fin último de dialogar críticamente con otras obras sobre esta materia producidas previamente —en particular con la Historia de la edición española de Jesús A. Martínez Martín— y, así, poder extraer marcos generales y orientaciones útiles para estudios futuros. Esa es, en esencia, la propuesta distintiva que nos hacen llegar los editores en la Introducción, donde se precisa también el origen del proyecto, que se ubica en unas jornadas de debate organizadas en la Universidad de Alcalá en noviembre de 2016. Los más de veinte autores que comparten su experiencia profesional e investigadora a lo largo de sus páginas, apadrinados por Gonzalo Pontón —cuyo prefacio hace las veces de capitulo inicial celebratorio de la necesidad de convocar el concurso de los diferentes campos de conocimiento que se dan cita en el mundo editorial, por alejados o incluso arbitrarios que puedan parecer—, parten de puntos distintos para converger al final, cada cual a su manera, en el mismo lugar: el reconocimiento del valor que posee la edición en cuanto que variable imprescindible para la adecuada comprensión de la historial cultural contemporánea. Así pues, las seis partes diferenciadas que organizan el contenido teórico del libro aspiran a considerar la práctica totalidad de sectores a los que le concierne la cuestión planteada: la metodología indispensable para disponer una historia de la edición consistente, las fuentes utilizadas en su análisis, la historiografía editorial como práctica, el mercado editorial como espacio en el que convergen el diseño, la publicidad y otros elementos paratextuales que, sin embargo, resultan imprescindibles para entender mejor las condiciones de producción y de circulación de los libros; las políticas estatales relativas al libro y, por último, las redes transnacionales que, a nivel editorial, median muy claramente en la circulación de las ideas.