En Salvador de Bahia se está jugando el futuro de Brasil.

Autores/as

  • Horacio Capel

DOI:

https://doi.org/10.1344/b3w.15.2010.25860

Resumen

La imitación de los modelos sociales norteamericanos por parte de la población brasileño de origen africano parece haber aumentado en los últimos años. La aspiración a un black power es formulada explícitamente por algunos, con el beneplácito y el apoyo encubierto o explícito de fundaciones norteamericanas, que defienden el patrón dicotómico que domina en Estados Unidos y que seguramente verían con agrado la fragmentación de Brasil. Pero Brasil no es Estados Unidos, y los modelos de aquel país no deberían ser seguidos en Brasil, que es una realidad histórica y racial diferente, y donde el mestizaje es un impulso irresistible, que da una gran fuerza a esta gran nación. En Brasil la cuestión racial es mucho más compleja, con mezclas de, al menos tres grandes grupos (indígenas brasileños, europeos y africanos) cada uno de los cuales tienen, a su vez, importantes diferencias genéticas internas. La mezcla ha ido dando lugar a una estructura social y racial muy compleja, desde luego diferente a la norteamericana. La propuesta de reunir a los pardos y a los pretos en una única categoría, como negros o como "afro-descendentes", es muy peligrosa para el futuro de Brasil. La intensa miscigenación que existe en este país es un dato muy positivo, y la consolidación de Brasil como un país mestizo abre una vía de esperanza y un modelo para el conjunto de la Humanidad. El ascenso social es posible y se está ya realizando, aunque sea lentamente. Es la mejor prueba de que es posible un futuro brillante para Brasil, un modelo de sociedad para todos los países del mundo. El camino del mestizaje es el adecuado. El otro es el de la separación racial y el enfrentamiento. El que se elija o el que acabe triunfando en Salvador va a influir de forma importante en el futuro de Brasil.

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Publicado

2010-04-02

Número

Sección

Artículos