El Flashmob, respuestas artísticas hoy

Resumen

La aparición en el siglo XXI de prácticas artísticas tales como el Flashmob confirma la necesidad actual del género humano de colaboración y reivindicación social al margen de la institución. En un flashmob, una multitud convocada por un medio digital se reúne fugazmente para realizar algo fuera de contexto en el paisaje urbano, características que lo acercan al Happening. La experiencia colectiva de un grupo entusiasmado con un interés común, su naturaleza espontánea y su modelo de autogestión, propio de la realidad que tiñe los actuales eventos culturales, sumado a la necesidad de respuestas por la desorientación que sufren las sociedades contemporáneas, son ingredientes suficientes para proteger su reproducción. El vehículo es potente. El anonimato de multitudes actuando de manera tribal en la calle invadiendo el orden social con una acción lo hace estimulante. Sin embargo, sus perspectivas son aún inciertas. Reconocidas marcas y grandes eventos promocionales se han apropiado de la idea para uso propio. Con lo cual, en el escenario actual bailan al unísono los flashmobs más absurdos y superfluos con los más comprometidos. Con todo, seguimos insistiendo en su puesta en valor. Su carácter alternativo y subterráneo lo hacen pasar inadvertido, pero la cantidad de flashmobs que se representan a diario es importante y sintomático. El escenario ha cambiado, el signo express ha invadido nuestro tiempo y la definición tradicional de cultura se ha trasladado a la vida cotidiana, no estando exenta de controversia.