Sin placer clitórico las mujeres enfermamos
DOI:
https://doi.org/10.1344/duoda2023.65.01Palabras clave:
Placer clitórico, Libertad femenina, Salud, Salvación, Vaginalidad, OrgasmoResumen
El final del patriarcado ha convertido la vaginalidad en una opción libre. Elegir la vaginalidad, es decir, la penetración (vaginal, anal, oral) como fuente de placer implica, en mi opinión, desplazar o eliminar de la propia vida el placer clitórico como placer femenino propio, ignorando que la clítoris es un órgano cuya función es la de dar placer a las mujeres. Significa renunciar al más femenino, que no es solo la maternidad sino también el placer vital constitutivo de existencia, un placer que no separa sino une cuerpo y alma en plenitud infinita. Sostengo, con textos femeninos sobre la virginidad – textos que no entendimos muchas feministas del siglo XX las cuales, justamente, no los consideramos políticos– que la fuerza de una mujer se quiebra cuando olvida que el placer femenino es clitórico, cediendo al placer del hombre, un placer, este, que desconoce la unión mística.
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Derechos de autor 2023 Maria-Milagros Rivera Garretas
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