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La Vaginalidad elegida
Núm. 65 (2023)En este número de otoño recogemos las ponencias de María-Milagros Rivera Garretas, Stefania Ferrando y Marta Jiménez Xiberta (con sus debates) presentadas en el Seminario Internacional de Duoda de 2023, dedicado a la vaginalidad como posibilidad de elección. La idea nació de una pregunta de María-Milagros Rivera Garretas. El final patriarcado que hemos traído al mundo contemporáneo las feministas, ha hecho que la vaginalidad deje de ser obligatoria, es decir, que se pueda elegir tanto entrar como salir de ella. ¿Qué consecuencias tiene para las mujeres el desvincular el placer sexual de la penetración?
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La luz que fluye entre místicas
Núm. 64 (2023)La luz que fluye entre místicas es el camino de las estrellas. Puntos resplandecientes que orientan el andar de la vida ordinaria. Oriente: sitio solar del nacimiento diario; lugar cotidiano de reencuentro del origen. Línea de fuego donde recoger todos los días, ordinariamente, algo extra/ordinario.
En este volumen de la revista nos sumergimos en el camino de las estrellas que algunas místicas han trazado de la mano de otras místicas. ¿Es la mística una experiencia solitaria? Para la teóloga y mística Antonietta Potente primero somos amigas y después místicas. La experiencia de la amistad permite convertirnos en místicas.
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Amistad en contraste. El arte de las relaciones intraculturales entre mujeres
Núm. 63 (2022)El número de otoño recoge las conferencias del Seminario de Duoda celebrado en primavera. El tiempo caluroso propicia los encuentros. Es la época en la que muchas madres buscan amistades de juego para sus hijas e hijos. Saben que en la infancia la amistad es clave para el crecimiento, para descubrir el mundo y descubrirse en el dos relacional. Amistad es siempre plural, como el amor del que deriva. Amistad viene de amos y amor, de madre. Amistad, amor y madre comparten origen lingüístico y verbo: amar. -
La naturaleza se declara sobrenatural
Núm. 62 (2022)Este número de la revista hemos querido dedicarlo a devolver el misterio a la naturaleza, a volver a su misterio. Es una necesidad del alma corporal del presente, como diría Simone Weil a través de Antonietta Potente. Necesitamos recuperar la abundancia que trae el vínculo amoroso con ella, esa cualidad de la relación que convierte los pozos oscuros y profundos en los que la palabra no se puede asentar, en lugares de revelación de palabra viva, la palabra creadora de María Zambrano o la lengua
materna del feminismo de la diferencia. La naturaleza sometida al orden del lenguaje del logos ha precipitado la entrada en el antropoceno, el nombre neutro que se le da al actual ciclo geológico. No ha sido la mano del ser humano asexuado, el anthropos, sino el aner, el hombre del patriarcado occidental, filósofo-científico-tecnológico y socioeconómico el responsable de la alteración de los ciclos
vitales de los seres vivos del Cielo y de la Tierra.